Un dispositivo especial de 355 bomberos vigilará la cremà de las fallas en Valencia, asegurando la seguridad de los monumentos y del público asistente.

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La festividad de las Fallas en Valencia, que se celebrará la noche del 19 de marzo, contará con un impresionante despliegue de seguridad. En total, 355 bomberos y bomberas estarán al servicio de la comunidad para supervisar la cremà de los monumentos falleros, una de las tradiciones más emblemáticas de la ciudad.

Este evento, que atrae a miles de visitantes de todo el mundo, requiere un minucioso control para garantizar la seguridad de todos.

El concejal Juan Carlos Caballero ha destacado que este año, el equipo de bomberos contará con el apoyo del Consorcio Provincial de Castellón y de las administraciones municipales de Castellón y Madrid.

Además, un centenar de voluntarios de Protección Civil se sumarán a las labores de prevención, asegurando que cada detalle esté cubierto para evitar cualquier incidente.

Durante la cremà, los bomberos se centrarán especialmente en las fallas que presentan un mayor riesgo. Esto incluye aquellas que están ubicadas en plazas pequeñas, cerca de árboles, viviendas o monumentos, así como las que tienen estructuras complejas o altas, como la falla Na Jordana, el Pilar, o el Mercado Central.

Este enfoque permite que los bomberos gestionen más eficazmente la situación y minimicen riesgos para el público.

El concejal Caballero ha enfatizado que el principal objetivo de esta movilización es "eliminar cualquier riesgo y asegurar que el vecindario disfrute de la celebración sin preocupaciones".

Este compromiso con la seguridad es esencial para mantener la tradición viva y al mismo tiempo proteger a los ciudadanos y visitantes.

El protocolo de actuación acordado por las autoridades locales incluye la supervisión de 35 eventos con disparos de pirotecnia y otros siete eventos de gran afluencia sin fuegos artificiales.

En la Nit de la Cremà, las fallas serán incendiadas de manera escalonada, lo que permitirá a los bomberos monitorear cuidadosamente que cada monumento se queme de manera controlada y segura.

Para prevenir daños colaterales, los bomberos también refrescarán con mangueras de agua las áreas cercanas a las fallas que estén en espacios reducidos.

Esta precaución es vital para evitar que el fuego se propague y cause cualquier tipo de accidente.

Una vez que la última falla se consuma, los bomberos continuarán su labor hasta asegurarse de que todo esté bajo control, permitiendo que las labores de limpieza comiencen rápidamente.

Al día siguiente, la ciudad amanecerá como si nada hubiera ocurrido, gracias al esfuerzo coordinado de los servicios de emergencia.

Este dispositivo especial de seguridad no es algo nuevo; el compromiso de las autoridades con la protección de los ciudadanos y la preservación de las tradiciones ha sido una constante en la historia de las Fallas.

Cada año, se realizan revisiones exhaustivas de los edificios y de las carpas de las comisiones falleras, asegurando que se cumplan todos los requisitos de seguridad en estas celebraciones tan esperadas.

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