La Junta de Gobierno Local de València aprueba una moción para reconocer y proteger el Cant de la Carxofa, una celebración tradicional con raíces en la huerta valenciana.
El 19 de julio de 2024, la ciudad de València ha dado un paso significativo hacia la protección del Cant de la Carxofa, una manifestación cultural con profundas raíces en la huerta valenciana.
Esta tradición se representa en diversos barrios de la ciudad y en localidades cercanas, lo que ha motivado a la Junta de Gobierno Local a considerar su reconocimiento oficial como bien cultural inmaterial.
El Cant de la Carxofa es más que un simple evento festivo; se trata de una celebración musical y litúrgica que incluye la interpretación de versos dedicados al Santísimo Cristo o a la Virgen María.
Este canto se entona por un niño que se encuentra dentro de un artefacto que simula una alcachofa.
Aunque en València se sigue representando en lugares como El Carmen, Canyamelar y Castellar-l'Oliveral, otras zonas, como el Pilar, Russafa o Benimàmet, han ido perdiendo esta tradición a lo largo del tiempo.
Según el concejal Juan Carlos Caballero, el respaldo a esta tradición responde a una iniciativa de la asociación Amics de la Carxofa Castellar-l'Oliveral.
La Junta ha aprobado una moción que no solo reconoce el valor cultural del Cant de la Carxofa, sino que también respalda cualquier esfuerzo dirigido a conseguir una declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Bien Inmaterial.
Tal reconocimiento representa un esfuerzo por mantener vivas las tradiciones que forman parte de la identidad del pueblo valenciano.
A principios del siglo XX, la representación del Cant de la Carxofa era común en muchos barrios de la ciudad, pero, con el paso de los años, ha enfrentado el riesgo de extinción.
Por ello, diversas asociaciones culturales han surgido con el objetivo de revitalizar y proteger esta costumbre.
El resurgimiento de su interés en localidades de l'Horta ha llevado a un esfuerzo conjunto por parte de grupos comunitarios y del propio Ayuntamiento, que busca garantizar que esta tradición no desaparezca.
Los orígenes del Cant de la Carxofa son motivo de debate entre los investigadores.
Algunos sugieren que sus raíces podrían estar conectadas con representaciones teatrales italianas y francesas del siglo XIII, específicamente en la celebración de la Asunción.
Otras teorías apuntan que puede haber evolucionado a partir del Misteri d'Elx, que comparte varias características similares y que se ha celebrado desde el siglo XV.
A mediados del siglo XIX, el músico Rigoberto Cortina Gallego fue responsable de componer el "motete", que es la forma musical que acompaña a este canto.
Desde que se estableció la tradición en su forma actual, todas las variantes coinciden en que la representación se realiza tras las procesiones y en la vía pública, con el famoso artefacto que imita una alcachofa invertida que se abre para descubrir al cantante infantil y que ha cambiado sus letras dependiendo del barrio donde se represente.
La reciente moción de la Junta de Gobierno Local no solo busca conservar una tradición musical, sino también fomentar un sentido de comunidad y pertenencia entre los habitantes de València.
En tiempos de globalización, es vital proteger y valorar las tradiciones locales, que son fundamentales para la identidad cultural de las regiones.
La protección del Cant de la Carxofa es, por tanto, un paso necesario para garantizar que futuras generaciones puedan disfrutar y aprender sobre este patrimonio inmaterial.