Más de 300 análisis realizados en Valencia certifican que el agua es apta para el consumo humano, tras el refuerzo de controles en las zonas afectadas por las intensas lluvias.

El 13 de noviembre de 2024, se ha confirmado que el agua de la ciudad de Valencia es completamente potable, tras la realización de más de 300 análisis en la red de abastecimiento.

Este resultado es un alivio para los ciudadanos, especialmente después de las intensas lluvias que afectaron a las pedanías de Castellar-l’Oliveral, La Torre y El Forn d’Alcedo el pasado 29 de octubre.

El Ayuntamiento de Valencia, a través de su concejal del Ciclo Integral del Agua, Carlos Mundina, ha informado que, debido a la situación provocada por el temporal, se intensificaron los controles en estas zonas, logrando un total de 305 pruebas realizadas.

Los análisis abarcan tanto factores químicos como microbiológicos, asegurando así la calidad del agua en toda la ciudad.

Mundina aseguró que "la red de abastecimiento de agua potable ha estado presurizada en todo momento" y que, gracias a estas medidas preventivas, se puede garantizar que el agua es segura para su consumo.

Además, el edil desmintió rumores que circulan sobre la calidad del agua en Valencia, afirmando que tales afirmaciones son completamente falsas.

Durante la respuesta a la crisis ocasionada por la dana, se establecieron medidas como la disminución de la presión del agua nocturnamente.

Esto no solo asegura el abastecimiento en la capital, sino también en los municipios cercanos que forman parte de la Mancomunidad Valenciana (EMSHI).

Los análisis que se realizan, que están a cargo de la empresa EMIVASA, comienzan con la recolección de muestras en diversos puntos de la red de abastecimiento.

A través de un análisis inicial, se miden parámetros como la temperatura y niveles de cloro.

Posteriormente, se lleva a cabo un análisis químico que considera la turbidez, así como otros parámetros habituales para determinar la calidad del agua.

Finalmente, se toma una segunda muestra para evaluación microbiológica, garantizando que los resultados sean representativos de la calidad del agua que circula por el sistema.

Este esfuerzo del Ayuntamiento es fundamental, no solo para reafirmar la salud pública, sino también para restaurar la confianza de los ciudadanos en la calidad del agua que consumen.

El proceso de análisis y control de calidad del agua potable en Valencia, además de ser meticuloso, está destinado a mantenerse en operación constante, permitiendo que los residentes puedan estar tranquilos respecto a la potabilidad del agua en sus hogares.

Valencia, a lo largo de su historia, ha enfrentado retos con su infraestructura de agua, especialmente en épocas de sequías extremas o inundaciones.

La reciente gestión de la calidad del agua refleja un compromiso renovado con la salud pública y la sostenibilidad ambiental, asegurando que los ciudadanos puedan gozar de agua potable segura.

Por lo tanto, la ciudadanía puede continuar usando el agua de la red pública con confianza, mientras el Ayuntamiento sigue monitoreando la calidad con rigurosidad, asegurando que cada gota de agua cumpla con los estándares necesarios para el consumo humano.