El gobierno de Nueva York inicia dos importantes proyectos de mejora en carreteras clave del norte y sur del estado, con una inversión de aproximadamente 4.7 millones de euros, destinados a modernizar puentes y rampas de salida para facilitar el tránsito y aumentar la seguridad.

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El gobernador de Nueva York, Kathy Hochul, anunció hoy el inicio de dos proyectos relevantes de infraestructura que buscan potenciar la seguridad y la movilidad en rutas fundamentales del estado.

Estos proyectos, financiados con fondos federales y estatales, representan una inversión cercana a los 4.700 millones de euros en la red de transporte de la región. La iniciativa incluye mejoras en la rampa de salida desde la Carretera Estatal 481 hacia East Circle Drive en el municipio de Cicero, en Onondaga, así como la sustitución del puente sobre Big Bay Creek en West Monroe, en Oswego.

Estas obras reflejan el compromiso del gobierno de Hochul con la modernización de las infraestructuras viales del estado, en línea con el impulso que ha recibido Nueva York tras el proyecto del Viaducto de la Interestatal 81 en Syracuse, considerado uno de los mayores avances en transporte en la región en décadas.

La inversión en estas rutas busca reducir la congestión, mejorar la seguridad y facilitar el tránsito de residentes, turistas y comerciantes.

La Carretera 481 es un corredor vital que conecta los condados de Onondaga y Oswego, permitiendo a miles de conductores desplazarse hacia sus trabajos, centros educativos, actividades recreativas o destinos turísticos en las orillas del Lago Oneida y el Lago Ontario.

En particular, la salida en Cicero y North Syracuse registra un movimiento diario de casi 12.000 vehículos, que en horas pico experimentan congestión, especialmente en la tarde.

Para abordar estos problemas, se destinaron aproximadamente 2,8 millones de euros a la mejora permanente de la rampa de salida en la intersección con East Circle Drive.

El proyecto contempla ensanchar la rampa de dos a tres carriles, adicionar dos carriles de giro a la izquierda y uno a la derecha, además de modernizar las señales de tránsito y sistemas de detección mediante video.

También se instalará un nuevo medidor de concreto en el mediano central y se ampliarán las aceras laterales, ahora de seis pies de ancho, con el fin de reducir los riesgos de cruces peligrosos y mejorar la seguridad vial.

Por otro lado, la sustitución del puente sobre Big Bay Creek en West Monroe, con una inversión de unos 2,1 millones de euros, contempla la construcción de nuevas fundaciones con pilotes de concreto, vigas prefabricadas y una plataforma de concreto reforzado.

La estructura actual, construida en 1941, fue cerrada en junio de 2024 tras una inspección que detectó riesgos estructurales. La construcción y puesta en marcha de un puente provisional en noviembre de 2024 ayudó a mantener el flujo de tránsito, pero la nueva obra busca ofrecer una solución duradera.

Se espera que para octubre, los vehículos puedan cruzar por el nuevo puente, que facilitará el acceso a comunidades, restaurantes, comercios y actividades acuáticas en la zona.

El comisionado del Departamento de Transporte de Nueva York, Marie Therese Dominguez, destacó la importancia de estas inversiones: “Hacer mejoras en nuestras carreteras y puentes demuestra que estamos poniendo a las comunidades en primer lugar.

La modernización de la rampa en Cicero y el reemplazo del puente en West Monroe fortalecerán la seguridad y la eficiencia en rutas fundamentales, permitiendo que los residentes y visitantes disfruten de un tránsito más fluido y seguro”.

Asimismo, figuras políticas como el senador Charles Schumer resaltaron el papel de los fondos federales en estos proyectos, que además de mejorar la conectividad, generan empleos y fomentan el crecimiento económico.

El representante John W. Mannion expresó su compromiso con mantener las carreteras en condiciones óptimas, y el senador Christopher Ryan celebró que estas obras contribuyen a un desarrollo más seguro y eficiente para toda la región.

En conclusión, estas obras reflejan el esfuerzo constante del estado de Nueva York por fortalecer su infraestructura y ofrecer mejores condiciones de movilidad a sus habitantes.

La modernización de estas rutas principales se suma a otros proyectos históricos que han transformado la región, como la reparación de puentes en los siglos pasados o la expansión de carreteras en los años 50 y 60.

La inversión en infraestructura vial no solo beneficia a los conductores, sino que también impulsa la economía local y mejora la calidad de vida de todos los residentes.

Con una planificación que combina fondos estatales y federales, Nueva York continúa su camino hacia un sistema de transporte más seguro, moderno y resiliente, preparado para afrontar los desafíos del futuro y conectar mejor a sus comunidades.

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