Rafa Nadal se despide de forma dolorosa del torneo de Roland Garros tras caer ante Alexander Zverev en un emocionante partido
Desde que se conoció en el sorteo que el alemán Alexander Zverev (4 del mundo) iba a ser el rival de Rafa Nadal en la primera ronda de Roland Garros, se sabía que iba a ser un juego muy complicado, y así fue.
El tenista español perdió a manos del teutón, se despide de forma dolorosa del torneo que dominó y en el que conquistó 14 coronas, pero se va con la cabeza en alto. Puede ser de su interés: Nairo Quintana suelta 'un latigazo' para quienes no confiaron para el Giro de Italia: 'Nadie creía ni daba un peso, lo logré' El español no pudo firmar su enésima resurrección en la pista central de Roland Garros, en un duelo que tuvo aíres de despedida, a pesar de que él no ha descartado volver a jugar sobre la pista de Francia.
Rafa Nadal batalló hasta el cansancio, pero falló en un partido de 3 horas y 5 minutos.
El español perdió por parciales de 6-3, 7-6 (5) y 6-3, fue tan apelable como el partido, que tuvo un único dominador, salvo un intento de rebelión del español en las postrimerías del segundo set y en el inicio del tercero, que acalló el germano elevando el nivel para no dar esperanzas a su rival.
La grada, con la presencia del serbio Novak Djokovic y del español Carlos Alcaraz, aclamó el regreso del español, luego de su ausencia en 2023, por una lesión sufrida en el Abierto de Australia y que lo marginó durante toda la temporada.
El Stade Roland Garros rugió con la salida de Nadal a la pista, la ventaja del público era para él.
Si fue la última vez, solo queda agradecer.
Aun así, no fue suficiente.
Zverev pudo controlar las emociones, los gritos y las embestidas de Nadal, se apoyó en su demoledor servicio y apenas dejó opciones al español, que, si bien si pareció físicamente recuperado, navegó muy lejos del tenis que le hizo leyenda.
Zverev dio cátedra en el primer set, mostró todo su poderío y llevó contra las cuerdas a un Nadal que intentaba dar lo mejor de sí, a pesar de no estar al 100 por ciento en la parte física.
Fue paliza por 6-1. Para el segundo set, Nadal ilusionó a sus incondicionales, cuando llegó a tener servicio para empatar a un set.
El español estuvo más preciso, empezó a encontrar el ritmo correcto y el golpeo perfecto en la tierra batida, una superficie que domina.
El tenista de 37 años puso en apuros a 'Sasha' y se llevó la manga en el 'tie break'. Todo estaba servido para una definición vibrante.
En el tercer set, Rafa Nadal empezó seguro de sus golpes y se puso arriba por dos de ventaja, pero Alexander Zverev no tembló y el balear no fue tan contundente como acostumbraba, por lo que dejó escapar el parcial en un juego de desempate en el que el servicio del germano volvió a ser determinante.
El alemán guardó lo mejor de su arsenal para el final y le remontó para sentenciar sus aspiraciones en Roland Garros.
Al final se despidió del público, aseguró que 'seguramente' será su último baile en la central, aunque reiteró que no lo asegura al cien por cien, agradeció el apoyo de la grada y dijo adiós: 'Lo que siento ahora es difícil de describir, es algo muy especial que siempre llevaré en mi corazón'.