La compañía de baterías de Volvo, Novo Energy, anuncia la reducción del 50% de su personal debido a la bancarrota de Northvolt, su socio tecnológico, en medio de dificultades económicas en el sector automotriz y de energías renovables.

Stockholm, 6 de mayo de 2025 — La empresa de baterías vinculada a Volvo Cars, Novo Energy, ha comunicado que reducirá su plantilla en un 50%, una decisión que refleja las dificultades económicas que atraviesa el sector de almacenamiento de energía y movilidad eléctrica.
Este recorte masivo en el personal forma parte de un plan para reducir costos y adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y desafiante. La noticia llega en un momento en el que la industria de baterías está atravesando una transformación significativa, impulsada por cambios en la demanda y problemas financieros de algunas de sus principales empresas.
La bancarrota de Northvolt, socio tecnológico y cofundador del proyecto, ha sido un golpe duro para Novo Energy, que depende en gran medida de esta alianza para mantener su innovación y producción.
Fundada en 2021 como una empresa conjunta entre Volvo y Northvolt, Novo Energy se creó con la intención de liderar en la fabricación de baterías de próxima generación.
Sin embargo, las dificultades económicas de Northvolt, que en marzo de 2025 solicitó la bancarrota en Suecia, han tenido un efecto dominó en sus asociados.
Northvolt, que en su momento fue un referente europeo en innovación en baterías, enfrentó problemas para obtener financiamiento y gestionar sus operaciones, lo que llevó a una reducción significativa de su plantilla en 2024 y, finalmente, a su quiebra.
El CEO de Novo Energy, Adrian Clarke, ha declarado que la compañía ha luchado por mantener sus operaciones a escala actual y ha intentado buscar un nuevo socio tecnológico para seguir adelante.
Sin embargo, las condiciones del mercado y las dificultades financieras han imposibilitado la continuidad del proyecto en su formato original. Como resultado, la compañía anunció que continuará con operaciones limitadas, buscando maneras de reactivar su actividad a pleno rendimiento en el futuro.
El impacto de estos despidos también afecta a más de 150 empleados, quienes se suman a los 30% de la plantilla que ya había sido despedida en enero pasado.
La empresa busca consolidar sus recursos y centrarse en el desarrollo de tecnología de baterías que pueda ser rentable en un mercado que, según analistas, se encuentra en una fase de transición y ajuste.
Cabe recordar que el sector de baterías para vehículos eléctricos ha sido uno de los más dinámicos en la última década, con empresas como LG Chem, CATL y Panasonic invirtiendo miles de millones de euros en nuevas plantas y tecnología avanzada.
Sin embargo, la competencia feroz, junto con la volatilidad del mercado y los problemas financieros de firmas como Northvolt, han puesto en jaque a muchos proyectos.
Por otra parte, Volvo Cars, que en 2021 adquirió una participación del 50% en Northvolt, ha manifestado su interés en continuar con el desarrollo de baterías propias y se espera que, tras la bancarrota de Northvolt, busque alianzas estratégicas en Europa para no perder el impulso en su transición hacia vehículos completamente eléctricos.
En conclusión, la crisis de Novo Energy y la bancarrota de Northvolt representan un capítulo difícil pero también una oportunidad de reevaluar y fortalecer el sector de energías renovables y movilidad eléctrica en Europa.
La industria continúa buscando modelos sostenibles y eficientes, aunque en el camino se presenten obstáculos que, en algunos casos, conllevan despidos masivos y reestructuraciones profundas.