Las comunidades Nakota mantienen viva una antigua tradición de recolección de 'tinp’si’na' (alcanfa en su lengua originaria), un cultivo silvestre que sirve como alimento y medicina natural, en un acto que fortalece los lazos familiares y culturales en junio. Esta práctica ancestral resiste a pesar de los cambios ambientales, evidenciando la resiliencia de las culturas indígenas en Canadá y Estados Unidos.

Imagen relacionada de las raices de la cosecha tradicional las familias nakota continuan recogiendo tinp sina como patrimonio cultural y alimenticio

Durante el mes de junio, varias familias se reúnen en los territorios ancestrales para extraer estas raíces que crecen en colinas y áreas arenosas, en una práctica que ha sido transmitida de generación en generación.

Esta tradición, que data de tiempos inmemoriales, ha sido esencial para la supervivencia y la cohesión comunitaria. En épocas previas, las comunidades intercambiaban 'tinp’si’na' con colonos ucranianos que llegaron a las praderas del Canadá y el norte de Estados Unidos, ofreciéndoles una fuente confiable de alimento durante periodos de escasez.

en la cultura Nakota

Además, en la cultura Nakota, esta planta no solo se consume, sino que también se utiliza como #medicina natural gracias a su riqueza en vitaminas C y K, además de fibra que favorece la salud digestiva.

Heather O’Watch, una joven #Nakota que participa activamente en esta tradición, comenta que la recolección es también una forma de enseñar y transmitir conocimientos a las nuevas generaciones.

“Me encanta la idea de que esta planta siga viva, igual que nuestra cultura, a pesar de todos los cambios que hemos enfrentado. Es un acto de resistencia y continuidad,” afirma. Ella, junto a su hermano Kenny, se adentran en las colinas y pendientes rosadas por el sol para buscar las raíces, que suelen encontrarse justo debajo de la tierra, aproximadamente a unos 15 centímetros de profundidad.

Las raíces de 'tinp’si’na' tienen aproximadamente 15 centímetros de longitud y presentan un tono púrpura característico. Tras su cosecha, las familias las recogen y las preparan de diversas formas. Algunas las hierven para preparar sopas o las consumen crudas, otras las secan y las almacenan para el invierno, y algunas las trenzan en haces de tres en una técnica que simboliza diferentes aspectos culturales, como el ciclo de la vida, la unión familiar y la medicina ancestral.

El proceso de recolección requiere conocimientos específicos para no dañar la planta, que en muchas ocasiones crece en zonas donde su crecimiento está protegido.

La resistencia de esta planta frente a especies invasoras también ayuda a mantener la tradición: a pesar de la introducción de especies no autóctonas, el 'tinp’si’na' ha logrado sobrevivir en áreas intactas, demostrando su adaptación y resistencia natural.

Jim Red Eagle, de la Nación Nakoda y experto en conocimientos tradicionales, explica que la práctica de trenzar las raíces en tres hilos tiene un significado espiritual profundo, simbolizando la unión de la familia, la comunidad y la medicina en un acto que honra a los antepasados.

“Es un acto de respeto y reconocimiento a nuestro patrimonio,” comenta.

En definitiva, la tradición de cosechar 'tinp’si’na' no solo representa un acto de supervivencia alimenticia, sino también un acto de preservación cultural, que reafirma la identidad de las comunidades indígenas y la importancia de mantener vivas sus prácticas ancestrales.