China da un paso adelante en tecnología de conectividad con el lanzamiento de su primera red de internet 10G en la provincia de Hebei, logrando velocidades impresionantes y una latencia mínima, en una carrera tecnológica global.

El 20 de abril en Beijing, Huawei y China Unicom anunciaron el despliegue de la primera red de banda ancha 10G en China, basada en la innovadora tecnología PON de 50G.
Este avance se llevó a cabo en la localidad de Susan, en la provincia de Hebei, marcando un hito en la historia de las telecomunicaciones del país. La nueva infraestructura permite a usuarios, empresas y gobiernos acceder a velocidades de descarga y carga que superan ampliamente las capacidades actuales, logrando una velocidad máxima de aproximadamente 8.700 Mbps y una velocidad de carga de unos 890 Mbps. Además, la latencia en esta red llega a ser de solo tres milisegundos, una cifra que abre nuevas posibilidades en aplicaciones que requieren una respuesta instantánea.
Este desarrollo tecnológico no solo implica una mejora significativa en la experiencia del usuario, sino que también impulsa el avance en áreas como la transmisión de contenido en 8K, la realidad aumentada y virtual, así como en la computación en la nube y las plataformas de streaming multimedia.
La rapidez para descargar archivos de gran tamaño, como películas o programas de televisión, se reduce a unos pocos segundos, permitiendo una eficiencia sin precedentes.
Por ejemplo, con esta red, es posible descargar archivos de 9 GB a 10 GB en tan solo unos segundos, algo que hasta ahora parecía inalcanzable.
Desde hace décadas, China ha invertido fuertemente en infraestructura tecnológica para posicionarse como líder en innovación digital. En 2025, el país alcanzó un récord mundial con la instalación de 4,25 millones de estaciones base 5G, consolidando su liderazgo en redes móviles de última generación.
Además, la empresa Chang Guang Satellite Technology logró transmitir datos a 100 Gbps mediante comunicación láser satelital, una velocidad diez veces superior a la que ofrece Starlink, el servicio de Elon Musk.
Mientras tanto, Japón ha superado a China en ciertos aspectos, logrando velocidades de internet superiores a 400 Tbps gracias a tecnologías de fibra óptica avanzada y amplificación de señal.
Sin embargo, China continúa en una carrera imparable por superar estos récords y ofrecer conexiones ultrarrápidas a nivel global.
El desarrollo de esta red 10G también tiene implicaciones económicas y sociales, facilitando la automatización, la innovación en la industria y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.
En un contexto mundial donde la digitalización es clave para la competitividad, China busca consolidarse como líder en innovación tecnológica y cerrar la brecha con otros países que ya están explorando estas capacidades emergentes.
Este avance no solo posiciona a China en la vanguardia de la tecnología de redes, sino que también plantea un desafío a otras naciones para acelerar sus propios desarrollos en infraestructura digital.
La competencia global en este campo continúa intensificándose, con Estados Unidos, Japón y algunos países europeos invirtiendo recursos significativos en proyectos similares.
La tecnología 10G se perfila como la próxima frontera en la conectividad mundial, y China parece estar tomando la delantera en esta carrera.