Sony ha subido los precios minoristas de su consola PlayStation 5 en Estados Unidos a partir del 21 de agosto, afectando todas sus versiones. La medida ha generado opiniones diversas entre los jugadores y expertos del sector.
Según información oficial, el precio recomendado para la #PlayStation 5 estándar ahora se sitúa en 499 euros, equivalente a unos 549,99 dólares estadounidenses.
La edición Digital, que carece de lector de discos físicos, pasa a costar 455 euros, aproximadamente 499,99 dólares. La versión más potente, la PS5 Pro, tiene un precio de 680 euros, lo que en dólares sería unos 749,99 dólares.
Cabe destacar que, según fuentes de la compañía, los precios de los accesorios oficiales de PlayStation 5 permanecen sin cambios y, por ahora, no se han anunciado ajustes en otros mercados internacionales.
La decisión refleja un escenario en el que las empresas de #tecnología ajustan sus márgenes en respuesta a la inflación y los costes logísticos, supuestamente para mantener la rentabilidad ante la alta demanda de consolas.
El #mercado de #videojuegos ha experimentado una notable expansión en los últimos años, siendo Japón uno de los principales productores y consumidores en el mundo.
La consola PlayStation 5
La consola PlayStation 5, lanzada en noviembre de 2020, ha sido un éxito para Sony, que supuestamente ha logrado vender millones de unidades en todo el mundo, consolidando su liderazgo en el sector.
Sin embargo, los incrementos de precio no son nuevos en la historia, ya que en 2010, durante la crisis económica global, varias compañías tecnológicas también ajustaron sus precios.
Por otra parte, en el contexto de la competencia, la corporación Microsoft también ha revisado sus tarifas y promociones para sus #consolas Xbox, en un intento por mantener su cuota en el mercado.
La subida de precios puede afectar a los consumidores, aunque algunos expertos consideran que es un movimiento estratégico para equilibrar la oferta y la demanda en un mercado cada vez más competitivo.
A nivel internacional, los cambios en los precios pueden influir en las ventas y en las preferencias de los usuarios, especialmente en regiones donde la economía local se encuentra en dificultades.
En Europa, por ejemplo, supuestamente, la inflación y los costes de importación han llevado a incrementos similares en los precios de dispositivos tecnológicos.
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