Un reciente estudio pone en entredicho la eficacia del papel de examen en los consultorios médicos, revelando sus efectos dañinos tanto en la salud como en el medio ambiente.

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Un estudio reciente ha puesto en la mira uno de los elementos más comunes en los consultorios médicos: el papel arrugado que se utiliza en las camas de examen.

Publicado en la revista Annals of Family Medicine, el análisis pone en evidencia que este tipo de papel no solo resulta inútil desde el punto de vista del control de infecciones, sino que además representa una carga significativa para el medio ambiente.

Mary Jane Hampton, columnista de salud del CBC Nova Scotia, discute el impacto de este hallazgo, enfatizando que muchas prácticas en el ámbito médico se han perpetuado sin un respaldo científico sólido.

Según el estudio, una consulta típica absorbe aproximadamente tres rollos de papel de examen a la semana, lo que traduce en costos anuales de carbono que equivalen al impacto negativo asociado con la necesidad de plantar cerca de nueve árboles maduros cada año para compensar dicha huella.

Los investigadores llevaron a cabo experimentos en los que pacientes se sometieron a exámenes físicos para evaluar el contacto de sus manos y piel con la superficie de la cama de examen.

Los resultados mostraron que la mayor parte de la contaminación proviene de las áreas no cubiertas por el papel, lo que sugiere que su uso no contribuye en absoluto a la higiene deseada.

De hecho, el estudio concluyó que el papel puede crear una falsa sensación de limpieza, complicando el proceso adecuado de desinfección, que requiere deshacerse del papel para limpiar correctamente la superficie.

Además de sus problemas para el control de infecciones, el uso del papel de examen también tiene repercusiones ambientales.

Este producto se elabora a partir de la tala de árboles, seguido de su procesamiento y distribución.


La mayor parte del papel es desechada tras un solo uso, generalmente en vertederos, contribuyendo a la creciente crisis de desechos en el mundo moderno.

Por otro lado, el BC Cancer Program ha demostrado que es posible prescindir de este material: han dejado de usarlo en el marco de su programa de sostenibilidad denominado Planetary Health Campaign, inspirado en la pregunta fundamental de una médica: '¿Por qué seguimos utilizando este producto?'

La resistencia al cambio en la práctica médica es palpable y se debe, en gran medida, al apego de los profesionales a rutinas previamente establecidas.

Sin embargo, con la disponibilidad de evidencia reciente, es esencial cuestionar y reevaluar prácticas que parecen estar tan arraigadas en la cultura médica.

Por ejemplo, la administración de antibióticos para dolor de garganta o la realización de radiografías prequirúrgicas rutinarias sin una justificación clara son prácticas que deberían ser revisadas.

Este estudio se suma a una larga lista de procedimientos médicos que han evolucionado con el tiempo, y resalta la necesidad de adoptar un enfoque basado en evidencia en la atención sanitaria.

A la luz de los hallazgos, se invita a los pacientes a cuestionar las costumbres en sus consultas.

Si observa que en su próxima visita a la consulta médica se utiliza este papel, no dude en preguntar a su médico por qué.

En conclusión, el papel de examen en los consultorios médicos representa un ejemplo clásico de cómo ciertas prácticas pueden persistir sin justificación adecuada, afectando tanto la salud de los pacientes como el medio ambiente.

Reevaluar su uso puede ser un paso significativo hacia una atención más eficiente y responsable.