La llegada de aves migratorias a Canadá plantea riesgos sobre el virus H5N1, que afecta a diversas especies y ha comenzado a mostrar señales alarmantes en los Estados Unidos.

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El virus de la gripe aviar H5N1 está causando estragos en los Estados Unidos, y su preocupación se extiende hacia el norte, donde Canadá se prepara para la migración de aves.

Desde 2022, se han registrado casos significativos de H5N1, infectando a 167 millones de aves y provocando lesiones en 70 personas. Con la temporada de migración en curso, los científicos canadienses están intensificando sus esfuerzos para contener este virus que podría convertirse en una amenaza global.

A medida que las aves comienzan a volar de regreso al norte, como los gansos de nieve que llegan a Montreal y las lechuzas en Ontario, se han detectado casos de H5N1 en algunas de estas especies.

La Dra. Manon Racicot, epidemióloga veterinaria de la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos, señala que este invierno se ha visto un incremento inusual de brotes de la cepa.

"No sabemos exactamente qué traerán las aves migratorias. ¿Seguirán infectadas? ¿Veremos una propagación del virus en el entorno canadiense?", se pregunta.

A la preocupación por el H5N1 se suma la aparición de otra variante, el H7N9, que ha sido detectada en una granja avícola en Misisipi, una primera desde 2017.

Aunque no es la cepa dominante en circulación, el H7N9 tiene una tasa de mortalidad significativamente más alta, con un 40% de muertes entre los humanos infectados desde su detección en 2013.

Las aves infectadas están siendo sacrificadas y las granjas puestas en cuarentena.

El H5N1 ha cruzado barreras entre especies y se ha adaptado a hospederos mamíferos. Por ejemplo, se han registrado muertes de focas, gatos y perros después de interactuar con aves silvestres o consumir alimentos crudos para mascotas.

En Estados Unidos, el virus ha enfermado a un número alarmante de vacas lecheras, afectando a 989 granjas en 17 estados.

No obstante, hasta el momento, la transmisión entre humanos parece limitada. Sin embargo, un estudio reciente sugiere que la cepa H5N1 que está afectando a las vacas en EE.UU. está a solo una mutación de ser más contagiosa entre humanos. Esta preocupación se intensificó con la primera muerte humana relacionada con H5N1 en Estados Unidos, ocurrida en enero.

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que es fundamental la cooperación internacional para frenar cualquier posible brote. El Dr. Danuta Skowronski, epidemióloga en la Columbia Británica, destaca que el control del H5N1 es una responsabilidad global y subraya la importancia de compartir información crítica sobre el virus con socios internacionales.

Con la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y los recortes en áreas clave, hay una creciente inquietud sobre la disminución de la colaboración, lo que podría impactar negativamente en el monitoreo de la gripe aviar.

Aun con estos desafíos, las autoridades canadienses están implementando medidas de vigilancia y preparación, incluyendo monitoreo de la salud animal y pruebas de laboratorio para detectar el virus.

La Dra. Theresa Tam, oficial de salud pública de Canadá, enfatiza que el país trabaja en colaboración con Estados Unidos para asegurar que cualquier caso humano sea investigado y para anticiparse a cualquier posible amenaza.

A medida que las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19 siguen vigentes, los científicos canadienses están utilizando herramientas de salud pública para tomar decisiones informadas y estar alerta ante nuevas mutaciones del virus.

Según la Dra. Bonnie Henry, el contacto con las autoridades estadounidenses continúa siendo vital para el monitoreo efectivo de la gripe aviar y garantizar la salud pública.