Investigaciones recientes indican que la miopía en niños y adolescentes ha aumentado notablemente en todo el mundo, triplicando su tasa en los últimos treinta años, con un incremento particularmente agudo desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020.

Un artículo publicado en el British Journal of Ophthalmology, que revisó 276 estudios realizados hasta junio de 2023, concluyó que más de un tercio de todos los niños y adolescentes presentan problemas de visión de cerca, una cifra que ha aumentado considerablemente en comparación con 1990.

Según el estudio, se estima que, si la tendencia actual continúa, alrededor de 740 millones de niños y adolescentes, más de la mitad de la población global, serán miopes para el año 2050.

En Canadá, actualmente se estima que aproximadamente el 25% de los niños sufren de miopía, una cifra que aunque es inferior al promedio mundial, representa un aumento significativo desde el 17.5% que se documentó en un estudio de la Universidad de Waterloo en 2018.

La doctora Lisa Christian, directora asociada del programa clínico de la Escuela de Optometría de la Universidad de Waterloo, comentó que es evidente que la miopía ha aumentado drásticamente durante la pandemia.

Ella sugiere que estos cambios están relacionados con el aumento del tiempo que los niños pasan en interiores realizando actividades de «trabajo de cerca», como leer o mirar pantallas de computadoras y teléfonos.

Este tipo de esfuerzo ocular puede provocar la miopía debido a la tensión que genera en los músculos oculares.

El impacto positivo de estar al aire libre ha sido respaldado por diversos estudios. Por ejemplo, la investigación de 2018 de la Universidad de Waterloo reveló que una hora adicional de tiempo al aire libre por semana podría reducir el riesgo de desarrollar miopía en un 14%.

Éxito en intervención quirúrgica conjunta a adolescente de 13 años

La Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario de La Princesa y el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús han llevado a cabo una exitosa colectomía laparoscópica a un niño de 13 años con Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Esta colaboración entre ambos hospitales provee la mejor asistencia médica para los pacientes con esta patología.

En línea con esto, un estudio australiano de 2021 encontró que pasar menos tiempo al aire libre durante la infancia se relaciona con un mayor riesgo de miopía en la adultez.

Se recomienda que los niños pasen entre una y dos horas al aire libre cada día para ayudar a proteger su visión. No es necesario que este tiempo sea continuo; actividades cortas como caminar hacia la escuela, jugar durante el recreo o estar fuera después de las clases también ayudan.

La luz natural y la calidad de la iluminación exterior son factores que pueden proteger contra la miopía, según el Dr. Asim Ali, especialista en oftalmología pediátrica.

Adicionalmente, estudios han mostrado que el uso excesivo de pantallas ha aumentado notablemente desde 2020, con un número creciente de niños que pasan más de cuatro horas al día frente a dispositivos.

Este hecho resalta la necesidad de una atención adecuada hacia la salud visual de los pequeños.

La Dra. Stephanie Dotchin, oftalmóloga pediátrica, advierte que la miopía no debe tomarse a la ligera, ya que una alta graduación puede llevar a problemas de salud ocular a largo plazo, incluyendo cataratas, glaucoma y desgarros retinianos.

Las recomendaciones actuales sugieren que los padres deben alentar a sus hijos a hacer pausas frecuentes durante actividades que requieren concentración visual.

Asimismo, la Asociación Canadiense de Optometría aconseja realizar un examen ocular al menos una vez antes de comenzar la escuela y anualmente desde los seis años en adelante.

El aumento de la miopía es un problema que abarca mucho más que simplemente necesitar gafas: es un cambio significativo en la salud ocular de nuestra infancia, lo que demanda una respuesta efectiva y proactiva.