Las comunidades indígenas en Canadá enfrentan desafíos significativos en su salud mental debido a las frecuentes evacuaciones por incendios, una problemática que se ha visto agravada por el cambio climático y la historia de desplazamiento. Expertos abogan por recursos específicos y planes de respuesta culturalmente adecuados.

Estos pueblos, que han sido desplazados a lo largo de la historia y que mantienen una relación íntima con la tierra, enfrentan ahora un doble reto: el cambio climático que acentúa la frecuencia e intensidad de los incendios, y la carga de la historia de #desplazamiento y trauma.
La experiencia de Jeewa Liske, originaria de Yellowknife, en los Territorios del Noroeste, ilustra claramente esta situación. En 2023, durante su embarazo, vio cómo las llamas y el humo la obligaron a abandonar su hogar en una evacuación que duró casi un día entero. La distancia y la separación de su pareja, que permaneció luchando contra el fuego en el frente, agravaron su ansiedad. Además, la dificultad para acceder a controles prenatales en medio de la emergencia sumó tensión a su estado emocional.
Según cifras reveladas por el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, en 2023 se registraron más de 190,000 desplazamientos internos en Canadá, siendo que las comunidades indígenas, que representan solo el 5% de la población, aumentaron su participación en estos movimientos a más del 16%.
Esto refleja la vulnerabilidad desproporcionada que enfrentan estos grupos, en gran parte debido a su ubicación en zonas de alto riesgo y a la falta de recursos adecuados.
Expertos en salud mental advierten que estas evacuaciones pueden dejar secuelas duraderas si no se abordan de manera adecuada. La pérdida de tierra y la separación de familiares, además de generar un fuerte impacto emocional, pueden reactivar heridas del pasado relacionadas con la colonización, como el desplazamiento forzado de comunidades enteras a reservas alejadas de sus tierras tradicionales.
Para mitigar estas afectaciones, la comunidad científica recomienda fortalecer los recursos específicos dirigidos a estas comunidades. Esto incluye la presencia de intérpretes y consejeros culturales en los centros de atención, así como la adopción de planes de emergencia que respeten y valoren las prácticas culturales indígenas.
Además, la implementación de estrategias de manejo de incendios basadas en conocimientos tradicionales, como las quemas controladas, ha demostrado ser efectiva para reducir el riesgo y promover la biodiversidad.
Las autoridades canadienses también están impulsando alianzas con líderes indígenas para diseñar planes de respuesta que nombren a los interlocutores claves y garanticen la comunicación efectiva y respetuosa con las comunidades vulnerables.
Este enfoque no solo busca proteger físicamente a estas comunidades, sino también cuidar su bienestar emocional y cultural.
Si bien las #comunidades indígenas enfrentan desafíos únicos en la gestión de desastres
La historia y la realidad actuales muestran que, si bien las comunidades indígenas enfrentan desafíos únicos en la gestión de desastres, también poseen conocimientos ancestrales que pueden ser la clave para construir un futuro más resiliente y respetuoso.