La llegada de un parásito microscópico a Columbia Británica podría tener graves repercusiones en la industria pesquera de la región, donde la pesca es vital para la economía local.
En un hecho alarmante para el ecosistema pesquero de Columbia Británica, un microorganismo letal conocido como enfermedad del remolino ha sido detectado en la región.
Este parásito tiene el potencial de acabar con poblaciones enteras de peces y ha suscitado la preocupación de científicos y autoridades ambientales.
Marie Veillard, especialista en especies invasivas acuáticas de Parques Canadá, se encuentra en el Parque Nacional Kootenay, observando un grupo de alevinos que ha estado cuidando.
Con su experiencia, recuerda con angustia haber visto alevines en el río Crowsnest, en Alberta, nadando de forma errática, un claro indicativo de la enfermedad del remolino.
Este parásito provoca que los peces presenten un patrón de nado en espiral, lo cual, inevitablemente, puede llevar a su muerte.
La identificación de este patógeno es desalentadora, ya que una vez que se establece en un ecosistema, erradicarlo es casi imposible.
La enfermedad del remolino fue detectada por primera vez en Canadá en 2016 en el Lago Johnson, en el Parque Nacional Banff, Alberta.
Desde entonces, se ha propagado a varias cuencas hidrográficas importantes en Alberta, y el año pasado, se estableció en Columbia Británica.
En diciembre de 2023, la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos confirmó su aparición en el Parque Nacional Yoho, encontrándose en el río Kicking Horse, parte de la cuenca del río Columbia.
El impacto de esta enfermedad se siente no solo en la biodiversidad, sino también en la economía local.
En la región, la pesca representa una fuente significativa de ingresos.
Por ejemplo, en la zona del Elk Valley, en Columbia Británica, se estima que la industria pesquera local genera alrededor de 2.7 millones de euros anuales, según un informe de Turismo Fernie de 2017. Evgeni Matveev, coordinador de comunicación de la Alianza del Río Elk, enfatiza la importancia de mantener la salud de esta actividad económica, ya que la llegada de la enfermedad del remolino podría poner en riesgo esta vital fuente de recursos.
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Un nuevo informe muestra que la población de merluza roja en el Golfo de San Lorenzo ha disminuido considerablemente, incluso mientras los grupos pesqueros de Canadá Atlántica y Quebec luchan por quién podrá capturarloParks Canadá ha tomado medidas drásticas para frenar la propagación de la enfermedad, cerrando todos los cuerpos de agua en los Parques Nacionales Yoho y Kootenay hasta al menos el 31 de marzo de 2025. Veillard asegura que esta es una medida necesaria para reducir la diseminación del parásito y brindar tiempo a los investigadores para entender mejor su comportamiento.
El ciclo de vida del parásito involucra dos huéspedes: un pez y un gusano acuático conocido como Tubifex tubifex.
Este ciclo se convierte en un problema cuando los pescados son infectados, y cuando mueren, liberan esporas que los gusanos ingieren, perpetuando la enfermedad.
Aunque no representa un riesgo para la salud humana, el parásito es letal para las especies de peces, como truchas y salmones, que son nativas de la región.
La propagación de la enfermedad del remolino también ha llevado a la movilización de comunidades y grupos de interés para proteger sus recursos acuáticos.
Con la proximidad del río Crowsnest, donde la enfermedad es endémica, se ha vuelto crucial educar a las personas sobre cómo evitar la transferencia del parásito a otros cuerpos de agua.
En resumen, la amenaza de la enfermedad del remolino es un recordatorio de cuán vulnerables son los ecosistemas acuáticos y de la interconexión entre la salud del medio ambiente y la economía local.
Las acciones preventivas tomadas hoy determinarán el futuro de la pesca y la biodiversidad en Columbia Británica.