Una compañía de Nova Scotia solicita autorización para importar semillas y reproductores de ostras resistentes a enfermedades desde Estados Unidos, ante la amenaza de MSX y dermo en la cultivo local. La medida genera opiniones encontradas entre los productores, resaltando los riesgos y beneficios potenciales.
Esta iniciativa surge en un momento en que la industria de las #ostras en la región enfrenta serios desafíos por la presencia reciente de enfermedades como MSX y dermo, que afectan tanto a los cultivos comerciales como al ecosistema silvestre.
Aunque estas enfermedades no representan un riesgo para la salud humana, sí pueden provocar mortalidades masivas en las ostras, poniendo en jaque la estabilidad económica de los productores locales.
La compañía, que se dedica a la cría y reproducción de ostras, ha destacado que su propuesta de importar material genético resistente fue motivada por el incremento en las pérdidas relacionadas con estos patógenos.
El Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la provincia de Nova Scotia ha mencionado que la solicitud está en revisión y que, en caso de ser aprobada, la importación se realizaría bajo estrictas medidas de cuarentena y control sanitario para prevenir la introducción de nuevos agentes patógenos.
Históricamente, las ostras han sido un componente fundamental para la economía y cultura de Nova Scotia, especialmente las famosas Ostras de Malpeque, reconocidas internacionalmente por su calidad.
Sin embargo, en los últimos años, la incidencia de enfermedades ha disminuido significativamente la producción local y ha amenazado la sostenibilidad del sector.
La introducción de ostras provenientes de Estados Unidos, específicamente de Maine, que cuenta con criaderos especializados en resistencia a estas enfermedades, sería un intento de diversificar las opciones de reproducción y fortalecer la resistencia de las poblaciones locales.
No obstante, esta propuesta no ha sido vista con buenos ojos por todos los actores del sector. Algunos productores y organizaciones preocupados por la #bioseguridad expresaron sus inquietudes, señalando que la entrada de material genético procedente de #EE.UU. podría arriesgar la introducción de nuevas enfermedades, que podrían propagarse rápidamente en las aguas locales. El presidente de la Asociación de Pescadores de Nova Scotia, David MacDonald, comentó: “¿Por qué arriesgarse a traer más enfermedades? No sabemos exactamente cómo llegaron las que ya tenemos; abrir las puertas a material de importación puede poner en riesgo toda nuestra estructura productiva”.
Por su parte, otros líderes del sector más optimistas consideran que esta estrategia puede ser vital para mantener la competitividad y asegurar la supervivencia de muchas granjas ostrícolas.
En unos años quizás ya no tendremos ostras para comercializar
La presidenta del grupo local de productores, Laura Thompson, expresó que “si no tomamos esta medida ahora, en unos años quizás ya no tendremos ostras para comercializar.
La resistencia genética desarrollada en EE.UU. puede ser la clave para enfrentar esta problemática”. Ella añadió que en las últimas semanas, la mayoría de los productores en la región votaron favorablemente a favor de la importación, siempre y cuando se cumplan todos los protocolos sanitarios.
Desde el gobierno provincial, se ha señalado que están coordinando esfuerzos con Ottawa para obtener fondos que apoyen la adaptación del sector frente a estas adversidades.
La inversión busca modernizar las instalaciones, implementar medidas de bioseguridad más efectivas y promover investigaciones sobre resistencia genética.
La situación actual ha generado preocupación, ya que muchos productores enfrentan altas tasas de mortalidad en sus cultivos, y el retraso en la aprobación de esta medida podría traducirse en pérdidas aún mayores a corto plazo.
Aunque se estima que la importación podría realizarse en 2026, los expertos advierten que los beneficios de esta estrategia no serían inmediatos, dado el tiempo que tomaría establecer nuevas poblaciones resistentes y evaluar su adaptación en el entorno local.
La directora de investigación del sector, Meredith White, enfatiza que “llevará años ver resultados concretos, pero la prioridad ahora es evitar que las pérdidas sigan aumentando”.
