La NASA ha anunciado que su misión Dragonfly, un dron octocóptero destinado a explorar la luna Titán de Saturno, será lanzada en 2028 utilizando el potente cohete Falcon Heavy de SpaceX.

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La NASA ha revelado planes para lanzar en el año 2028 su sonda Dragonfly, un innovador dron octocóptero diseñado para explorar la luna Titán, la mayor de Saturno.

Este lanzamiento se llevará a cabo utilizando el cohete Falcon Heavy de SpaceX, reconocido como uno de los más potentes del mundo.

La sonda Dragonfly, que mide 3.85 metros de largo y tiene un peso de 875 kilogramos, está equipada con ocho rotores que le permitirán navegar por la densa atmósfera de Titán.

Este lugar es único en nuestro sistema solar, ya que es el único satélite natural que posee una atmósfera significativa y compleja, compuesta en un 95% de nitrógeno.

A diferencia de la Tierra, donde el agua es el líquido predominante, en Titán el crudo y el etano son la principal forma de lluvia y flujo en ríos y lagos.

Se estima que la sonda gastará un tiempo considerable viajando hacia su destino; se calcula que tomará aproximadamente seis años en llegar a Titán.

Una vez allí, la misión se extenderá por poco más de tres años.

Históricamente, el primer contacto con Titán se produjo en 1979, cuando la sonda Pioneer 11 sobrevoló su superficie, revelando un entorno cubierto por nubes naranjas, con temperaturas inusualmente bajas, estimadas en -179 °C. En 1980, Voyager 1 proporcionó una visión más cercana, describiendo a Titán como un 'sistema de tierra primitivo en congelación', debido a que mostraba compuestos orgánicos que se asemejaban a aquellos que existían en la Tierra hace miles de millones de años.

Las diferencias en la composición atmosférica y las condiciones leptosomáticas de Titán la convierten en un espacio de interés particular para los científicos, que anticiponen un paisaje que incluye lagos de metano y cristales de hielo.


En lugar del agua que conocemos, Titán tiene un océano de agua líquida bajo su superficie helada, lo que ha llevado a los investigadores a clasificarla como un 'mundo oceánico', similar a los satélites europeos de Júpiter.

Dragonfly no solo será una misión exploratoria, sino también una búsqueda de las condiciones necesarias para la vida.

La sonda incluirá un conjunto de instrumentos, como un taladro para obtener muestras del suelo y analizar la química en busca de los bloques fundamentales de la vida.

Esto presenta una oportunidad emocionante para descubrir si hay vida en este entorno tan diferente al de nuestro planeta.

Dado que la distancia entre la Tierra y Titán es significativa, el tiempo de respuesta para las comunicaciones será de aproximadamente 90 minutos.

Por este motivo, Dragonfly contará con sistemas de navegación autónoma y un sistema de detección y mapeo con LIDAR para elegir lugares seguros para aterrizar.

Se espera que la misión cueste alrededor de 4.7 mil millones de euros, y su diseño nuclear permitirá que la sonda opere más allá de su vida útil prevista, ofreciendo la esperanza de una exploración más extensa y reveladora de este fascinante satélite.

La misión Dragonfly simboliza una nueva era de descubrimientos en el espacio, abriendo la puerta a la exploración de mundos que antes solo podían ser imaginados.