La NASA ha confirmado que dos astronautas de EE. UU. que volaron a la Estación Espacial Internacional en junio deberán esperar hasta febrero de 2025 para regresar a la Tierra debido a problemas técnicos con la cápsula Starliner de Boeing.

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Dos astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, que abordaron la cápsula Starliner de Boeing en junio, permanecerán en la Estación Espacial Internacional (EEI) hasta febrero de 2025. La decisión fue comunicada por la NASA, que consideró que el sistema de propulsión de Starliner presenta riesgos inaceptables para su regreso programado.

Los astronautas forman parte de un equipo que se encuentra en la EEI desde hace 79 días, tras un viaje que esperaba concluir en una misión de prueba de ocho días.

Durante las primeras 24 horas del vuelo, Starliner presentó una serie de fallos técnicos que incluyeron el mal funcionamiento de cinco de sus 28 propulsores y varias fugas de helio, un gas crítico para la propulsión.

Ante estos problemas, Boeing está trabajando intensamente para resolver los inconvenientes, aunque el tiempo de espera para los astronautas se ha extendido considerablemente.

Los astronautas han estado colaborando con otros siete miembros de la tripulación en diversos experimentos científicos durante su estancia en la EEI. Este prolongado tiempo en el espacio es inusual para misiones de este tipo y representa un cambio poco común en la programación de la NASA para sus astronautas.

Inicialmente, se había planeado que Wilmore y Williams regresaran a la Tierra en un vuelo de Starliner, pero ahora se espera que sean trasladados en una nave Crew Dragon de SpaceX, la cual está programada para realizar su despegue el próximo mes como parte de una rotación regular de astronautas.

La decisión de recurrir a SpaceX para el retorno de los astronautas muestra un cambio significativo en la estrategia de la NASA, dado que Boeing había esperado que esta misión de prueba ayudara a restaurar la reputación de su programa Starliner tras varios años de dificultades y sobrecostos que han superado los 1.6 miles de millones de euros desde 2016.


Cabe destacar que el desarrollo de Starliner ha estado plagado de desafíos.

En 2019, la cápsula fracasó en un lanzamiento no tripulado hacia la EEI, aunque en una segunda oportunidad en 2022 logró algunos éxitos, a pesar de seguir enfrentando problemas técnicos.

Esta misión, que incluía su primer vuelo con tripulación, era crucial para que Boeing obtuviera la certificación de la cápsula para vuelos regulares, aunque tras la prolongada espera su camino hacia la certificación se torna incierto.

El director de operaciones espaciales de la NASA, Ken Bowersox, y otros altos funcionarios discutieron la situación y apoyaron de manera unánime la propuesta de usar Crew Dragon para el regreso de los astronautas.

A pesar de la decepción por la decisión, un portavoz de Boeing subrayó que la seguridad de la tripulación y el vehículo sigue siendo la prioridad principal.

A medida que Boeing trabaja para abordar estos desafíos tecnológicos, la NASA confía en que se resolverán los problemas para que en el futuro Starliner pueda operar de manera segura y confiable, asegurando así que los astronautas de la NASA cuenten con múltiples opciones para sus misiones hacia y desde la órbita terrestre.