Un estudio revela la expansión de la planta acuática invasora milfoil en el río St. John, destacando los esfuerzos de control y sus efectos sobre los ecosistemas locales.

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Las aguas del río St.

John, que atraviesa la provincia de New Brunswick en Canadá, enfrentan un nuevo desafío ecológico.

En 2015, la botánica acuática Meghann Bruce identificó por primera vez la planta invasora conocida como milfoil de Eurasia en este río, específicamente durante un estudio botánico para otro proyecto, limitándose su hallazgo inicial a una sola ubicación.

Sin embargo, al regresar en 2018 para realizar un seguimiento, Bruce se sorprendió al encontrar la planta en más de 60 puntos a lo largo de sus exploraciones, que abarcaban desde la presa Mactaquac hasta el puente Princess Margaret en Fredericton.

A pesar de no haber revisado todos los sitios desde aquel entonces, la especialista mantiene una vigilancia continua en estas zonas, donde sospecha que el milfoil podría haberse extendido aún más.

En sus observaciones, indica que, "no es sorprendente, ya que es una especie invasora que generalmente muestra una amplia tolerancia ambiental, lo que le permite prosperar en nuevos entornos donde se introduce."

La planta, apodada 'planta zombie' por su tenacidad, ha presentado retos significativos para la fauna y los ecosistemas acuáticos locales.

Según informes, la erradicación total de esta especie es prácticamente imposible una vez que establece su presencia.

No obstante, el grupo local Jemseg Grand Lake Watershed Association ha lanzado un proyecto piloto orientado a gestionar su propagación.

Juan Sanchez, coordinador del proyecto, ha detallado que el esfuerzo se centra en reducir la cantidad de milfoil en áreas fuertemente afectadas.

En la primera fase del proyecto, que incluye zonas donde han llevado a cabo diferentes métodos de extracción, como el corte manual de las plantas o la remoción de raíces, los resultados han sido variados.

En las áreas donde se utilizó el corte, se encontraron de 30 a 40 plantas, cifra similar a la del año anterior.


En contraste, en las zonas donde se extrajeron las raíces, los números disminuyeron notablemente a solo entre 5 y 10.

El impacto del milfoil no solo se siente en la biodiversidad, sino también en las actividades recreativas en el área.

El Consejo de Especies Invasoras de New Brunswick subraya que esta planta, originaria de Europa, Asia y el norte de África, se introdujo en América del Norte en el siglo XIX, probablemente a través de agua de lastre de barcos o el comercio de acuarios.

La proliferación del milfoil ha causado problemas graves en los ecosistemas acuáticos, formando densas extensiones de vegetación flotante que oscurecen las plantas nativas y disminuyen los niveles de oxígeno en el agua, afectando así a diversas especies, incluyendo a los peces.

Los estudios indican que incluso un pequeño fragmento de milfoil puede regenerarse y dar lugar a una nueva planta, lo cual resalta la importancia de mantener la limpieza de embarcaciones y equipos al trasladarse entre cuerpos de agua.

Esta especie parece prosperar, especialmente en lagos y estanques, donde las corrientes son más lentas.

"New Brunswick cuenta con muchos lagos hermosos, valorados por su uso recreativo.

Si el milfoil llegara a esos hábitats, podría proliferar y expandirse aún más", advierte Bruce.

Con el tiempo, la presencia del milfoil ha desplazado especies nativas, y su expansión en áreas de aguas más rápidas, como cerca de la presa Mactaquac, ha sorprendido a los expertos.

Aunque las plantas invasoras no representan un riesgo directo para los humanos, sí constituyen una molestia, complicando actividades recreativas como la pesca, natación y navegación.

Así, el futuro de estas aguas y su biodiversidad depende de las medidas de control y sensibilización sobre la importancia de manejar adecuadamente las especies invasoras.