Study shows that urban agriculture has a higher carbon footprint than conventional agriculture, but there are ways to reduce it. Discover how gardeners can minimize their impact on the environment.
Una investigación publicada este año en la revista científica Nature sugiere que los jardineros deberían evaluar la huella de carbono de cosas como jardines colectivos o comunitarios, considerando lo que utilizan para construirlos y, lo que es igual de importante, lo que cultivan y cómo lo cultivan.
El estudio encontró que la huella de carbono de los alimentos provenientes de la agricultura urbana es seis veces mayor que la de la agricultura convencional.
Para reducir su impacto, los jardineros pueden buscar materiales reutilizados o reciclados para invertir en el jardín, ya que estos tienen un impacto positivo en la huella de carbono a largo plazo.
En Alberta, algunos jardines colectivos ya están tomando medidas para reducir su impacto en el medioambiente.
El jardín Star en St.
Albert utiliza técnicas sostenibles como el uso de mantillo profundo y jardinería sin arar.
La mayoría de los materiales en el jardín son donados, desde la madera hasta los rollos de papel higiénico utilizados para crear bandejas de plántulas.
En resumen, es importante mantener la infraestructura durante el mayor tiempo posible y aprovechar los recursos urbanos, como la gestión del compost y el uso de agua de lluvia, para mejorar drásticamente la huella de carbono de un jardín.
Las ventajas sociales de la jardinería superan la huella de carbono, por lo que es fundamental seguir cultivando alimentos en espacios urbanos.