Una nueva instalación en Oregón busca potenciar el desarrollo de la energía de las olas como fuente renovable para combatir el cambio climático.

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La instalación PacWave, ubicada en la costa de Oregón, marcará un hito en la búsqueda de fuentes de energía renovables, específicamente mediante el aprovechamiento de la energía de las olas.

Este centro de pruebas, liderado por la Universidad Estatal de Oregón, se convierte en la primera de su tipo en Estados Unidos, con el objetivo de facilitar el desarrollo de dispositivos que conviertan la inmensa energía que generan las olas del océano en electricidad.

Según el científico principal del proyecto, Burke Hales, uno de los mayores obstáculos en el avance de la energía de las olas es la insuficiencia de lugares adecuados para probar los equipos.

PacWave está diseñado para proporcionar un espacio de experimentación crucial donde los desarrolladores podrán probar tecnologías en condiciones reales.

"La idea es ofrecer un campo de juego para que los desarrolladores de dispositivos realicen pruebas en tiempo real y optimicen sus diseños.

Al final, buscamos descubrir si existe un diseño único que funciona mejor para todas las olas", explicó Hales en una reciente entrevista sobre el proyecto.

El establecimiento de este centro se vuelve particularmente relevante en un contexto global donde muchos países persiguen objetivos de emisiones netas cero para frenar el cambio climático.

La transición desde los combustibles fósiles hacia energías renovables necesita ser acelerada, y la energía de las olas podría jugar un papel fundamental en ello.

De hecho, se estima que las olas a lo largo de las costas de EE. UU. podrían generar hasta un 63% de la electricidad a gran escala en el año 2023, una cifra sorprendente que subraya su potencial.

Sin embargo, el desarrollo de la energía undimotriz se encuentra aproximadamente dos décadas detrás del avance que ha tenido la energía eólica.

Esto se debe a que las olas no solo se mueven de manera lineal, como en el caso del viento, sino que presentan un movimiento oscilatorio más complejo, lo que dificulta la conversión de su energía en electricidad, como señala Hales.

La instalación PacWave incluye dos sitios: PacWave Norte, destinado a prototipos a pequeña escala, y PacWave Sur, que aún se encuentra en construcción y será el primer sitio de prueba de energía de olas a escala de servicio público y conectado a la red eléctrica del país, con pruebas programadas para comenzar en 2025.


Desde el punto de vista técnico, la energía de las olas funciona a través de convertidores de energía que convierten el movimiento del agua en electricidad, la cual es transmitida a la costa mediante cables submarinos.

En Canadá, el interés por esta fuente de energía también está en crecimiento, con estimaciones que indican que la costa del Pacífico tiene un potencial de generación de aproximadamente 42,000 megavatios, suficiente para satisfacer más del 60% del consumo anual de electricidad del país.

Sin embargo, el camino hacia la comercialización de esta tecnología no está exento de desafíos.

La feroz y corrosiva naturaleza del ambiente marino complica el diseño de dispositivos que puedan resistir estas condiciones extremas.

Los investigadores continúan trabajando en mejorar la durabilidad y eficiencia de estos sistemas, explorando nuevos materiales y métodos de operación.

Buckham, co-director del Instituto de Descubrimiento de Energía Marina del Pacífico, afirma que es esencial trabajar en colaboración con comunidades locales para asegurar que los proyectos de energía de olas sean sostenibles y aceptables.

Esto incluye involucrar a comunidades, como la Primera Nación Mowachaht/Muchalaht en la costa de Vancouver, que intenta utilizar tecnología de energía de olas para revitalizar su hogar ancestral, Yuquot, en la Isla Nootka.

Con las pruebas y desarrollos que se esperan en la instalación de PacWave, la comunidad científica está optimista sobre el futuro de la energía de olas.

Un futuro donde esta tecnología puede no solo contribuir a la matriz energética de un país, sino también apoyar a comunidades que buscan una transición hacia sistemas energéticos más sostenibles y resilientes.

La visión es clara: convertir la poderosa energía de las olas del océano en un recurso vital para satisfacer las crecientes demandas de energía del mundo.