Un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía revela que la forma en que el mundo se alimenta de energía cambiará drásticamente para el final de la década, gracias a la creciente demanda de vehículos eléctricos y tecnologías de energía limpia. Este informe también destaca la necesidad de políticas más sólidas para limitar las emisiones de combustibles fósiles y mantener el calentamiento global bajo control.

La forma en que el mundo se alimenta de energía cambiará drásticamente para el final de la década, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE). La demanda creciente de vehículos eléctricos y tecnologías de energía limpia será la principal impulsora de este cambio.

Se proyecta que para 2030, casi la mitad del suministro mundial de electricidad provendrá de fuentes renovables, como la energía solar y eólica.

Además, se espera que haya diez veces más coches eléctricos en las carreteras y que los sistemas de calefacción eléctricos superen en ventas a las calderas de combustibles fósiles.

El informe también destaca que la inversión en nuevos proyectos eólicos marinos triplicará la inversión en plantas de energía a base de carbón y gas.

Esto indica un cambio significativo en la industria energética, ya que la demanda de fuentes de energía tradicionales, como el petróleo y el gas, alcanzarán su punto máximo en esta década y luego se estabilizarán o disminuirán.

Además de las implicaciones para los combustibles fósiles, el informe también advierte sobre la necesidad de políticas más sólidas para limitar las emisiones de carbono y mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados Celsius para el final del siglo.

La transición hacia la energía limpia está ganando impulso en todo el mundo y es importante que los gobiernos, empresas e inversores apoyen esta tendencia en lugar de obstaculizarla.

A pesar de los avances en energía limpia a nivel mundial, Canadá debe hacer más para convertirse en líder en este campo.

Según los datos federales, el país solo invirtió 2.8 mil millones de dólares en energía solar el año pasado, en comparación con los 37 mil millones de dólares destinados a la industria del petróleo y el gas.

Los expertos señalan que este informe es una llamada de atención para Canadá y que se requieren políticas más sólidas y una mayor inversión en energías renovables.

Los bancos e inversores también deben desempeñar un papel crucial en el financiamiento de esta transición.

En resumen, el informe de la AIE destaca que el crecimiento de la energía limpia es imparable y que los combustibles fósiles alcanzarán su punto máximo en 2030. Esto tiene importantes implicaciones para la forma en que el mundo se alimenta de energía y para el futuro del medio ambiente.

Para mantener el calentamiento global bajo control y aprovechar al máximo las energías renovables, es necesario tomar medidas urgentes y políticas sólidas en todos los niveles.