Investigadores de la Universidad de Calgary hallaron un fósil que sería el eslabón perdido en la evolución de los tiranosaurios, una especie que cruzó desde Asia hace unos 85 millones de años y que ayuda a entender el origen de los gigantes carnívoros de finales del Cretácico.

Se ha identificado un nuevo ejemplar fósil, conocido como Khankhuuluu mongoliensis, considerado por los expertos como un posible eslabón perdido en la línea evolutiva de estos predadores.
Este fósil, cuya antigüedad se estima en aproximadamente 85 millones de años, fue originalmente hallado en la década de 1970 en el desierto de Gobi, en Mongolia, pero su importancia no se reconoció hasta hace unos años.
El hallazgo fue posible gracias al trabajo de la investigadora Darla Zelenitsky, profesora afiliada a la facultad de ciencias de la universidad, quien envió a su estudiante de posgrado, Jared Voris, a explorar en Mongolia.
Tras analizar el fósil con atención, Voris comunicó a Zelenitsky que podía tratarse de una especie completamente nueva. Esta confirmación fue publicada en la prestigiosa revista científica británica Nature, añadiendo un nuevo capítulo a la historia de los dinosaurios.
Khankhuuluu mongoliensis, cuyo nombre en mongol significa 'Príncipe del Dragón' o 'Príncipe de los Dragones de Mongolia', se sitúa en un punto intermedio en la escala evolutiva.
De acuerdo con Zelenitsky, este ejemplar representa una transición entre pequeños tyrannosauroides y los gigantes tiranosaurios que dominaron los ecosistemas del Cretácico tardío.
La especie se estima que pesaba alrededor de 750 kilogramos, un tamaño significativo que demuestra un incremento en la masa corporal respecto a sus antecesores, que eran de apenas unas pocas decenas de kilos.
Para comparación, los tiranosaurios adultos más grandes, como T. rex, superaban las 4.000 kg.
Este descubrimiento también aporta evidencia de cómo estas especies migraron desde Siberia a Norteamérica usando puentes terrestres que existieron en aquella época.
Se cree que Khankhuuluu mongoliensis cruzó hacia Alaska hace unos 85 millones de años, en un proceso que contribuyó a la diversificación y expansión de los tiranosaurios en los continentes del hemisferio norte.
Además, la aparición de esta especie en Norteamérica habría sido una respuesta a la disponibilidad de presas menores, permitiendo que los tiranosaurios se convirtieran en los depredadores dominantes.
La rápida #evolución para alcanzar su gran tamaño se habría producido en solo unos pocos millones de años
La rápida evolución para alcanzar su gran tamaño se habría producido en solo unos pocos millones de años, según los estudios realizados.
Este hallazgo no solo redefine las ideas previas sobre la familia de los tiranosaurios, sino que también abre nuevas puertas para entender cómo estas criaturas lograron convertirse en los predadores más temidos de su tiempo y de la historia de los dinosaurios.
La investigación ha contribuido a trazar una línea evolutiva más precisa, situando a Khankhuuluu mongoliensis en el punto de transición clave entre especies más pequeñas y el gigantesco tiranosaurio que conocemos.
Este descubrimiento también recuerda la importancia de los fósiles que permanecen en los cajones o en la penumbra de los archivos, esperando ser analizados con nuevas técnicas y perspectivas científicas.