Un informe concluye que todavía no hay evidencia definitiva sobre cómo comenzó la pandemia de COVID-19, aunque la mayoría de los datos apuntan a un salto zoonótico. La posibilidad de una fuga de laboratorio sigue sin poder ser descartada por falta de datos concluyentes.

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Aunque durante más de tres años diferentes investigaciones han tratado de determinar cómo surgió el virus SARS-CoV-2, el resultado no presenta conclusiones definitivas, dejando abiertas varias hipótesis.

El informe, que recopila datos y análisis de diferentes estudios internacionales, señala que la mayoría de las pruebas disponibles apoyan la hipótesis de que el virus saltó de animales a humanos.

Esta teoría, conocida como zoonótica, sugiere que el virus pudo haber pasado a los humanos a través de intermediarios animales como murciélagos, civetas o gatos de bambú, animales que previamente se había señalado como posibles portadores del virus en los primeros estudios epidemiológicos.

El análisis también revisó hipótesis alternativas, particularmente la de una posible fuga de laboratorio. Sin embargo, la mayoría de los expertos aseguran que no hay suficiente evidencia para confirmar que el virus haya salido de alguna instalación científica.

La directora del grupo de expertos, Marietjie Venter, afirmó que, a pesar de múltiples solicitudes para acceder a datos genéticos y detalles sobre bioseguridad en China, no se pudo obtener la información necesaria para evaluar completamente esa hipótesis.

Venter agregó que, tras más de tres años de investigaciones, la hipótesis de un accidente en un laboratorio sigue siendo muy especulativa y sin respaldo científico tangible.

El informe también revela que hubo desacuerdos internos entre los miembros del equipo, con algunos dejando la comisión o solicitando la remoción de sus nombres, lo que refleja las dificultades y las tensiones que enfrentan estas investigaciones en un contexto político y científico complejo.

La falta de datos claros ha impedido que la comunidad científica concluya con certeza cómo y cuándo exactamente el virus ingresó en la población humana.

El director general de la OMS

Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que determinar el origen del virus es un “imperativo moral”. La #pandemia ha causado la muerte de al menos 20 millones de personas en todo el mundo, ha destruido cerca de 9.3 billones de euros (10 billones de dólares) en daños económicos y ha alterado la vida de miles de millones de individuos.

Históricamente, la dificultad para identificar el origen de muchas enfermedades infecciosas persistió incluso en epidemias anteriores, como la del virus del Ébola o el SARS, donde los estudios de rastreo han sido protracted y en ocasiones inconclusos.

Este patrón también se observa en el caso del VIH, cuyo origen en los chimpancés africanos solo fue establecido décadas después de su aparición en humanos.

Mientras tanto, las autoridades científicas llaman a mantener la vigilancia y a seguir investigando, ya que comprender completamente el origen del virus es crucial para prevenir futuras pandemias.

La comunidad internacional continúa reclamando mayor acceso a datos y cooperación de países como China, donde comenzó la pandemia en diciembre de 2019, en Wuhan.

La falta de transparencia y las dificultades para obtener información precisa han obstaculizado los esfuerzos globales de investigación.

En conclusión, el misterio sobre el origen del #COVID-19 persiste, y hasta que se disponga de más datos concretos, muchas de las hipótesis seguirán siendo especulativas.