Un nuevo estudio sugiere que los chimpancés y bonobos recuerdan los rostros de los demás incluso después de pasar años, o incluso décadas, separados.

Esta investigación respalda lo que los científicos han sospechado durante mucho tiempo, basándose en experiencias personales.Laura Simone Lewis, psicóloga comparativa de la Universidad de California, Berkeley, y autora del estudio, explica que muchos trabajadores que se ocupan de primates han compartido historias similares sobre cómo los animales recuerdan a las personas incluso después de una larga separación.
El #estudio se llevó a cabo en varios zoológicos de Escocia
Sin embargo, ahora tienen datos científicos que respaldan esta idea.El estudio se llevó a cabo en varios zoológicos de Escocia, Japón y Bélgica, donde se observaron tanto #chimpancés como bonobos. Estas especies son los parientes vivos más cercanos de los humanos, compartiendo aproximadamente el 99% de nuestro ADN. Los primates participantes en el estudio tuvieron acceso a una sala de estudio donde se les mostraban imágenes de otros chimpancés y bonobos.Los resultados mostraron que tanto los chimpancés como los #bonobos miraban significativamente más tiempo las imágenes de sus congéneres con los que tenían una relación cercana, en comparación con imágenes de desconocidos.
Incluso se observó que algunos bonobos reconocieron a miembros de su familia que no habían visto en 26 años.Según Lewis, estos hallazgos son importantes para comprender mejor la naturaleza de las #relaciones sociales en estos primates. Las relaciones positivas y duraderas que forman son vitales para su supervivencia y bienestar, y se asemejan a la amistad en los seres humanos. También sugiere que la capacidad de mantener la #memoria a largo plazo es beneficiosa para especies sociales como los chimpancés y bonobos.Este estudio tiene implicaciones más amplias en cuanto al bienestar de los grandes simios, especialmente en lo que se refiere a los efectos de la separación familiar y la reunificación posterior.En conclusión, los chimpancés y bonobos tienen la capacidad de recordar los rostros de los demás incluso después de largos períodos de separación.