Una nueva investigación revela que los humanos de la cultura Clovis estaban especializados en la caza de grandes mamíferos como mamuts, lo que les permitía prosperar en el norte de América durante la Edad de Hielo.
Nueva investigación revela que los primeros humanos en América del Norte tenían una dieta rica en carne de mamut, lo que refuerza su imagen como cazadores hábiles.
Un estudio publicado recientemente en la revista Science Advances sugiere que la antigua cultura Clovis, que se estableció en el continente hace aproximadamente 13,000 años, dependía de la carne de mamut, que representaba casi el 40% de su ingesta dietética.
Los investigadores realizaron un análisis químico de los huesos de un niño Clovis, la única evidencia humana superviviente de esa época, hallada en Alberta.
A partir de este análisis y de un conjunto de fósiles de animales de la Edad de Hielo, los científicos pudieron determinar que la caza de grandes mamíferos, como el mamut, el alce y el bisonte, era central en la vida de estos cazadores-recolectores.
James Chatters, arqueólogo de la Universidad McMaster y coautor del estudio, destacó que los Clovis eran verdaderos ‘supercarnívoros’. "La abundancia de grandes animales en el paisaje hacía que la caza fuera una estrategia económica muy viable", explicó Chatters en una entrevista. La caza de mamuts y otros grandes animales no solo proporcionaba alimento, sino que también implicaba un profundo entendimiento del territorio y los comportamientos de las especies.
Los restos de mamut encontrados en el sitio donde se halló al niño Clovis son representativos de las tácticas de caza de la época. A pesar de que otros animales, como el bisonte y el camello, también formaban parte de su dieta, estos aportaban una cantidad mucho menor de alimento.
Sorprendentemente, las pequeñas criaturas apenas representaban el 4% de su consumo alimenticio.
Esta revelación sobre la dieta de los Clovis proporciona una nueva perspectiva sobre su modo de vida, en el que buscar la carne de los animales más grandes resulta en un alto retorno energético.
A lo largo de los años, la imagen de los Clovis ha evolucionado, y esta investigación sólida e innovadora proporciona un fundamento más robusto sobre sus costumbres alimentarias.
Los Clovis son reconocidos no solo por sus famosas puntas de lanza en forma de hoja, sino también por su capacidad de adaptación y sus complejas habilidades de caza.
Los restos de un niño Clovis, conocido como Anzick-1, fueron descubiertos en Montana en 1968, junto con herramientas que atestiguan su cultura cazadora.
Este caso particular ha permitido a los investigadores acercarse a un perfil más acabado de su dieta y actividad diaria.
Por otro lado, la escasez de restos arqueológicos de esta época ha dificultado la creación de una imagen completa de la vida de los Clovis. Brian Vivian, arqueólogo y consultor en recursos históricos, subrayó que el hallazgo se basa en el análisis de un único individuo, lo que limita la generalización de los resultados.
Sin embargo, destacó la importancia de trabajos como este, que utilizan tecnología avanzada para ofrecer respuestas a preguntas longamente debatidas.
Finalmente, el estudio también colaboró con tribus indígenas de Idaho, Wyoming y Montana, reflejando un respeto hacia las culturas originarias al investigar estas complejas cuestiones sobre los ancestros de los americanos nativos.
Comprender cómo se sostenían los Clovis, a través de la caza de grandes mamíferos, brinda una conexión valiosa entre el pasado y el presente, revelando el ingenio y la adaptabilidad de estos primeros pobladores de América del Norte.