El Ayuntamiento de Santander y la Fundación la Caixa renovaron su compromiso con la infancia en situación de vulnerabilidad durante una reunión clave que evaluó los avances del programa CaixaProinfancia en la ciudad, con inversiones que superan los 305.400 euros desde 2018.

En un paso decisivo para fortalecer el apoyo a las familias más vulnerables, el Ayuntamiento de Santander y la Fundación la Caixa celebraron recientemente una reunión de evaluación y planificación del programa CaixaProinfancia en la ciudad.
Este encuentro, presidido por la alcaldesa Gema Igual, contó con la participación de diversos representantes municipales, de las consejerías de Educación y Sanidad del Gobierno de Cantabria, así como de entidades sociales como Cantabria Acoge, que coordina la iniciativa en la región.
Desde su inicio en 2018, CaixaProinfancia ha sido una de las principales herramientas para luchar contra la exclusión social infantil en Santander, alcanzando en total a más de 120 menores y 86 familias en la ciudad.
Durante el curso 2023-2024, la atención se centró en 68 menores y 50 familias en situación de vulnerabilidad, ofreciendo un apoyo integral que va desde refuerzo educativo hasta atención psicosocial.
La inversión destinada por la Fundación la Caixa en Santander en este período superó los 69.200 euros, sumando en total más de 305.400 euros desde que el programa comenzó a implementarse en la ciudad.
El programa se desarrolla en colaboración con varias organizaciones sociales, destacando a Cantabria Acoge, la Asociación de Mediación de Cantabria, la Fundación Bosco Social y la Asociación Nuevo Futuro.
Esta red de entidades trabaja coordinadamente con el objetivo de ofrecer una respuesta global y efectiva a las necesidades de los niños, niñas, adolescentes y sus familias, promoviendo la igualdad de oportunidades y la inclusión social.
La alcaldesa Gema Igual expresó su agradecimiento a la Fundación la Caixa por su compromiso con Santander, destacando que “gracias a esta colaboración, continuamos avanzando en la misión de garantizar que todos los niños puedan desarrollarse en un entorno que promueva su bienestar y futuro, sin que las dificultades familiares sean un obstáculo”.
Por su parte, Albert Rodríguez, director de CaixaProinfancia, resaltó que “la misión de nuestro programa es romper el ciclo de pobreza heredada, acompañando a las familias en su proceso de mejora y fortaleciendo el trabajo en red con las entidades sociales y los servicios públicos”.
CaixaProinfancia, con 18 años de experiencia, se ha consolidado como un modelo de intervención en red que busca ofrecer soluciones personalizadas para cada caso, promoviendo el desarrollo integral de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad.
La iniciativa no solo trabaja en la ciudad de Santander, sino que se despliega en toda España, abarcando 17 comunidades autónomas, 2 ciudades autónomas, 148 municipios y cientos de entidades sociales.
Su enfoque de trabajo en red permite una coordinación eficaz entre diferentes agentes territoriales, como centros educativos, centros de salud y servicios sociales, con el fin de ofrecer una atención holística y sostenida.
La valoración de cada caso, la planificación de las intervenciones y el seguimiento se realizan en conjunto, garantizando que las ayudas sean ajustadas a las necesidades reales de cada familia.
A lo largo de sus 18 años, CaixaProinfancia ha establecido una sólida trayectoria en la atención a contextos vulnerables, combinando apoyo psicológico, refuerzo educativo, actividades de ocio y bienestar familiar para potenciar las capacidades de los menores y fortalecer el entorno familiar.
La inversión y esfuerzo de la Fundación la Caixa refleja su compromiso social y su apuesta por construir una sociedad más justa y cohesionada, donde la infancia tenga oportunidades reales de desarrollo.
En definitiva, la reunión en Santander reafirma la importancia de las alianzas entre administraciones públicas, entidades sociales y fundaciones para generar un impacto positivo duradero en las vidas de las familias más necesitadas, con la mirada puesta en un futuro donde la vulnerabilidad no sea un obstáculo para el crecimiento y el bienestar infantil.