La ciudad de Santander honra a su patrona, la Virgen del Mar, en una festividad que combina devoción, historia y cultura, con actividades que reúnen a toda la comunidad en una tradición centenaria.

La celebración de este día combina actos religiosos, culturales y sociales que unen a vecinos y visitantes en una jornada de profunda devoción y celebración.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, participó activamente en los actos, acompañando a los romeros que partieron desde la parroquia de San Román para trasladar la imagen de la Virgen hasta la ermita ubicada en la costa.
Durante la procesión, que es uno de los momentos más emblemáticos de la festividad, los participantes recorren las calles del centro de la ciudad, portando la imagen en una tradición que simboliza la protección y la esperanza para todos los santanderinos.
Una vez en la santuario, se celebró una misa solemne oficiada por el obispo Arturo Ros. Como es costumbre, la ceremonia contó con la renovación de votos por parte del Ayuntamiento y el Cabildo Catedralicio. Al finalizar la misa, se entonó el himno en honor a la Virgen del Mar, dando paso a una procesión alrededor de la ermita y a una emotiva ofrenda floral en su honor.
La festividad no se limita a los actos religiosos; también incluye una serie de actividades culturales y recreativas para toda la familia. El Ayuntamiento ofreció 1.500 raciones de paella, en un acto que recuerda la tradición de compartir la comida con los romeros y vecinos, reforzando el sentido de comunidad. Además, durante la jornada se llevaron a cabo actuaciones musicales con grupos locales como ‘Coros y Danzas’, ‘Coro Ronda La Encina’ y ‘Los Güeyos’, quienes amenizaron el día con sus interpretaciones.
Por la tarde, los asistentes pudieron disfrutar de juegos tradicionales de madera, así como actuaciones de ‘Aires de San Román’ junto a las Pandereteras de #Santander y los coros infantiles de colegios como Mercedarias, Cumbres y Jorbalán.
La programación culminó con un rosario y una eucaristía en la ermita a las 18:30 horas, en un acto que reafirma la profunda fe que mantiene viva esta tradición.
La alcaldesa Gema Igual expresó su gratitud a la asociación de vecinos de San Román y a la Hermandad de la #Virgen del Mar por su dedicación en la organización del evento
La alcaldesa Gema Igual expresó su gratitud a la asociación de vecinos de San Román y a la Hermandad de la Virgen del Mar por su dedicación en la organización del evento.
Además, resaltó la importancia de que esta festividad sea considerada día festivo en el calendario laboral, con el fin de facilitar la participación de todos en el homenaje a la patrona.
Históricamente, la Virgen del Mar ha sido un símbolo de protección y esperanza para Santander. La leyenda más difundida cuenta que la imagen, de estilo gótico y fechada en finales del siglo XIII o principios del XIV, fue encontrada flotando en la costa, posiblemente proveniente de una nave hundida.
La tradición relata que los vecinos intentaron construirle un santuario en Rostrío, pero otra leyenda indica que los materiales del templo aparecían misteriosamente en una isla cercana, donde se construyó la ermita alrededor del año 1400.
Desde entonces, la devoción a la Virgen ha sido constante. En 1467, ya existía un compromiso formal del Ayuntamiento y el Cabildo para cumplir con el voto de veneración, y en 1535 se documentaba la tradición de ofrecer una comida a los vecinos en honor a la Virgen.
A lo largo de los siglos, la Virgen del Mar ha sido invocada en momentos críticos, como en diciembre de 1596, cuando una peste azotó Santander tras la llegada de un barco holandés.
A pesar de los esfuerzos médicos y las rogativas, la enfermedad persistía, por lo que se decidió trasladar la imagen desde la ermita a la iglesia mayor.
Gracias a la intercesión de la Virgen, la epidemia desapareció en mayo de 1597.
Otro ejemplo de la fe popular en su poder intercesor fue la sequía de 1848, que arruinó las cosechas en toda la provincia. En ese momento, se realizó una rogativa a la Virgen, y esa misma tarde comenzó a llover intensamente, salvando las cosechas y reafirmando la creencia en su protección.