La rehabilitación del antiguo lavadero en Adarzo no solo mejora el patrimonio etnográfico, sino que también crea oportunidades de empleo para jóvenes.

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En un esfuerzo por preservar el patrimonio etnográfico de la ciudad, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, realizó una visita al barrio de Adarzo para inspeccionar el resultado de la restauración del antiguo lavadero.

Este proyecto, que ha sido llevado a cabo por los alumnos de la Escuela de Talento Joven, responde a una solicitud de los vecinos que buscaban mejorar un espacio emblemático y garantizar su funcionalidad.

La intervención fue facilitada por la Concejalía de Barrios y se realizó en colaboración con los Talleres Municipales y el Servicio Cántabro de Empleo.

El lavadero, una estructura tradicional de una planta con una superficie de aproximadamente 48,5 m², necesitaba urgentemente atención para evitar su deterioro.

En este sentido, los vecinos, junto a la Brigada de Barrios, identificaron la necesidad de mejorar el flujo de agua y resolver problemas de inundación.

Como resultado, se elaboró un plan de rehabilitación que incluyó la restauración de desagües y aliviaderos, así como la sustitución del tubo de entrada de agua de manantial, lo que permitió restaurar la funcionalidad original del lavadero.

La intervención también incluyó un trabajo estructural significativo. Se reforzó la cubierta de hormigón, que mostraba signos de deterioro, y se aplicaron tratamientos a las armaduras expuestas. Además, se instalaron vigas metálicas paralelas a las originales para aumentar la resistencia de la estructura. Los muros de mampostería se encontraban en buen estado, por lo que se realizó un rejunteo cuidadoso en las áreas más afectadas, seguido de tratamientos específicos para proteger la piedra de la humedad y la erosión.

La restauración no solo busca mejorar la estética del lavadero, sino también asegurar su durabilidad frente a la intemperie, además de realizar trabajos complementarios que mejoran la seguridad y accesibilidad del entorno.

Este esfuerzo conjunto ha permitido que el lavadero no solo sea un símbolo del patrimonio de Santander, sino también un ejemplo de cómo la colaboración entre diferentes departamentos municipales y la participación activa de la comunidad pueden resultar en proyectos de gran valor.

La alcaldesa destacó que este proceso de rehabilitación también ha sido una oportunidad de formación y empleo para los jóvenes involucrados, quienes han demostrado un notable interés y dedicación a lo largo del proyecto.

Este hecho resalta la importancia de iniciativas que no solo preservan el patrimonio local, sino que también contribuyen a la capacitación profesional y la inserción laboral de los participantes.

Ese enfoque en la sinergia entre conservación del patrimonio y formación profesional es esencial para el desarrollo urbano de la ciudad, y la alcaldesa reafirmó el compromiso del Ayuntamiento de Santander en continuar apoyando este tipo de iniciativas.

En la visita, Gema Igual estuvo acompañada por la concejala de Barrios, Lorena Gutiérrez, la concejala de Empleo, Chabela Gómez-Barreda, así como varios vecinos y estudiantes de la Escuela de Talento Joven, quienes han sido parte de este significativo proyecto de rehabilitación.