El centro cultural Doctor Madrazo presenta una sesión especial dedicada al artista experimental Tony Conrad, destacando su influencia en el cine y la música contemporáneos.
La actividad forma parte del #ciclo de cine experimental ‘Tierra de nadie’
La actividad forma parte del ciclo de cine experimental ‘Tierra de nadie’, que busca explorar las fronteras del séptimo arte a través de obras innovadoras y desafiantes.
En esta ocasión, se presentará la película ‘The Flicker’ (1966), una obra pionera que ha sido considerada una de las piezas fundamentales del cine estructural y experimental.
La proyección tendrá una duración de 96 minutos y será acompañada por un #documental introductorio de 30 minutos, que ofrecerá contexto sobre la vida y obra de Conrad, uno de los artistas más influyentes en el campo del arte contemporáneo.
Tony Conrad, nacido en 1940 y fallecido en 2016, fue un artista estadounidense cuya creatividad abarcó múltiples disciplinas, incluyendo música, cine, video, performance y enseñanza.
Aunque su figura fue a menudo relegada a un segundo plano en la historia oficial del arte, Conrad fue una figura clave en la exploración de nuevas formas de percepción y en la ruptura de las convenciones tradicionales.
Su trabajo se caracterizó por la búsqueda de experiencias sensoriales radicales, desafiando las jerarquías culturales y promoviendo una actitud de experimentación constante como forma de resistencia política.
En el ámbito musical, Conrad fue uno de los pioneros del minimalismo sonoro y la música drone. Como miembro de The Theatre of Eternal Music, junto a figuras como La Monte Young, Marian Zazeela y John Cale, exploró técnicas de afinación justa y resonancias extendidas, creando ambientes sonoros que invitaban a una escucha prolongada y meditativa.
Su álbum ‘Outside the Dream Syndicate’ (1973), en colaboración con la banda alemana Faust, fusionó el noise, el krautrock y la experimentación sonora, ampliando las fronteras del género.
En el mundo audiovisual, ‘The Flicker’ se convirtió en un hito del cine estructural. La obra, compuesta únicamente por patrones de luz intermitente, provoca en el espectador reacciones perceptivas intensas, poniendo en duda la relación entre imagen y percepción.
A lo largo de su carrera, Conrad también desarrolló videos, instalaciones y performances que adoptaron un tono irónico y crítico, cuestionando conceptos como la autoría, la duración y el valor del arte en la sociedad moderna.
