La presidenta Claudia Sheinbaum denuncia que la subida de aranceles al acero y aluminio impuesta por EE. UU. es injusta e insostenible para México, y advierte posibles medidas para proteger la industria nacional.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su firme rechazo ante la decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar al 50% los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, una medida que calificó como injusta e insostenible para el país.
La mandataria destacó que esta acción afecta considerablemente a la economía mexicana, al tiempo que reiteró que las relaciones entre ambos países deben basarse en el respeto mutuo y en una cooperación equilibrada.
Desde hace décadas, la relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido una de las más importantes a nivel mundial. Después de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, la integración de las cadenas productivas en sectores como el automotriz, la maquinaria y los metales, ha fortalecido los lazos económicos.
Sin embargo, en los últimos años, las tensiones comerciales han aumentado, especialmente durante la administración anterior de Donald Trump, quien implementó medidas proteccionistas y aranceles que afectaron a varias industrias mexicanas.
En su declaración, Sheinbaum explicó que México importa más acero y aluminio de EE. UU. que lo que exporta, por lo que la imposición de aranceles en un contexto de déficit comercial resulta injusta. "Formalmente, los aranceles se aplican cuando hay un déficit, pero en nuestro caso, importamos más de lo que exportamos en estos metales. Por eso, consideramos que esta medida no tiene justificación ni base legal, además de que no contribuye a una solución bilateral", afirmó.
La presidenta también señaló que estas medidas no solo afectan a la economía, sino que también ponen en riesgo miles de empleos en el sector industrial mexicano.
La industria del acero y el aluminio, que ha sido clave para proyectos de infraestructura y construcción, podría sufrir una desaceleración significativa.
"Nuestro compromiso es proteger a los trabajadores y a las empresas mexicanas. La imposición de estos aranceles representa un golpe duro para nuestro sector industrial", agregó.
Por otro lado, Sheinbaum informó que México mantendrá el diálogo con las cámaras del acero y el aluminio, así como con las autoridades estadounidenses, a través de reuniones que ya están programadas.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, continúan trabajando en la búsqueda de un acuerdo que evite mayores daños a las industrias mexicanas.
Asimismo, la mandataria resaltó que México impulsa el Plan México, un programa de desarrollo y fortalecimiento económico que busca reducir la dependencia de importaciones y promover la producción local.
"Nuestro objetivo es fortalecer la economía interna y diversificar nuestras relaciones comerciales para no depender únicamente de Estados Unidos", manifestó.
Sheinbaum precisó que, en caso de no lograrse una solución, el gobierno mexicano considerará implementar medidas de protección para las industrias del acero y el aluminio, así como para los empleos que generan.
La prioridad, afirmó, es garantizar que la economía mexicana siga avanzando y que los trabajadores no sean los más afectados por decisiones unilaterales.
En el contexto internacional, esta decisión de EE. UU. se enmarca en una tendencia proteccionista que ha marcado la política comercial en los últimos años. Países como China, India y la Unión Europea también han respondido con medidas similares en defensa de sus industrias nacionales. La comunidad internacional observa con atención cómo evoluciona esta situación, que podría tener repercusiones en el comercio global.
Por su parte, expertos en economía advierten que el aumento de aranceles puede desencadenar una escalada de represalias comerciales, afectando no solo a México, sino también a Estados Unidos y otros países.
La necesidad de un acuerdo que garantice un comercio justo y equilibrado es cada vez más apremiante, y México se mantiene firme en su postura de diálogo y protección de sus intereses nacionales.
En conclusión, la presidenta Sheinbaum reiteró su compromiso de defender los derechos de los trabajadores mexicanos y la soberanía económica del país, ante una medida que considera arbitraria y dañina para la economía nacional.
La expectativa es que las negociaciones continúen y se logre un acuerdo beneficioso para ambas naciones, en el marco de un respeto mutuo y una relación basada en la cooperación.