Los niveles de agua en los principales embalses de la Comunidad de Madrid alcanzan cifras récord, situándose en un 97,2% de su capacidad total, con el embalse de El Atazar vertiendo por primera vez desde 1991. La situación garantiza el suministro, pero se refuerza el uso responsable del recurso hídrico.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido informado hoy sobre la situación excepcional de los 13 embalses gestionados por Canal de Isabel II, que actualmente almacenan un total de 917,2 hectómetros cúbicos de agua.

Esta cifra representa un récord histórico en la región, alcanzando el 97,2% de su capacidad total, superando el máximo registrado en 1996, cuando se llegaron a 915,4 hectómetros cúbicos.

La acumulación de agua en estos embalses refleja una temporada de lluvias muy favorable, que ha permitido incrementar los niveles de reserva y garantizar el suministro para los próximos meses.

Uno de los aspectos más destacados es el embalse de El Atazar, el mayor de la Comunidad de Madrid, que desde este lunes está vertiendo agua por su aliviadero superior al haber llegado a su nivel máximo de almacenamiento, con 425 hectómetros cúbicos.

Esta situación no ocurría desde mayo de 1991, siendo solo la tercera vez en su historia que se produce un desembalse de esta magnitud, la primera fue en julio de 1988.

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, describió la escena como “una imagen excepcional, hermosa y que solo podrá ser admirada durante unos pocos días”.

Para observar este fenómeno, la reunión del Consejo de Gobierno se llevó a cabo de forma extraordinaria en las instalaciones del embalse, donde se pudo seguir en directo el proceso de desembalse, que se espera que continúe durante varios días.

El Atazar no solo es relevante por su tamaño, sino también por su papel en el abastecimiento de agua a la población madrileña, aportando aproximadamente el 46% del suministro.

Desde marzo, los técnicos de Canal de Isabel II han realizado desembalses controlados a través de su desagüe intermedio, gestionando de forma cuidadosa el caudal en el cauce del río Lozoya, que en la actualidad es de unos 3 metros cúbicos por segundo.

Esta estrategia busca mantener un equilibrio entre la conservación de las reservas y la protección del medio ambiente.

Por otro lado, la comunidad continúa invirtiendo en la mejora de su infraestructura hídrica. En concreto, se ha anunciado la renovación completa de la red de abastecimiento en El Atazar, con una inversión de aproximadamente 680.000 euros, equivalente a unos 740.000 dólares estadounidenses. La obra, que cubrirá un tramo de tres kilómetros, forma parte del Plan Red, que busca modernizar el sistema y garantizar un suministro eficiente y sostenible.

En cuanto al estado de los embalses, los niveles actuales son los siguientes: Pinilla al 92%, con 34,9 millones de metros cúbicos; Riosequillo al 96%, con 48 millones de metros cúbicos; Puentes Viejas al 84,1%, con 44,5 millones; El Villar al 101,6%, con 22,8 millones; El Atazar al 100,3%, con 426,3 millones; El Vado al 92,5%, con 51,5 millones; Pedrezuela al 93,6%, con 38,3 millones; Navacerrada al 86%, con 9,5 millones; Santillana al 97%, con 88,5 millones; Navalmedio al 72%, con 0,5 millones; La Jarosa al 87,4%, con 6,3 millones; Valmayor al 98,4%, con 122,4 millones; y La Aceña al 100,3%, con 23,8 millones de metros cúbicos.

Durante abril, las aportaciones de agua a los embalses alcanzaron niveles históricos, con una precipitación media de 112,3 litros por metro cuadrado, lo que representa un 84% por encima de la media habitual para ese mes.

Para mayo, se prevé una aportación de 78 litros por metro cuadrado, un 29% superior a la media. La previsión para los primeros ocho meses del ciclo hidrológico en curso, que comenzó en octubre de 2024, indica una acumulación de aproximadamente 769 litros por metro cuadrado, es decir, un 48% más que la media histórica, que se sitúa en 520,8 litros.

Este volumen de reservas garantiza el abastecimiento a largo plazo, pero desde Canal de Isabel II se insiste en la importancia del uso responsable del agua y en la adopción de medidas de ahorro.

Además, la entidad ha llevado a cabo cerca de 250 acciones en las presas para mantener su seguridad, regular los caudales de los ríos y prevenir posibles crecidas.

Estas maniobras, que incluyen la apertura y cierre de compuertas y la regulación de caudales, se deciden tras analizar datos de aforos, previsiones meteorológicas y modelos específicos.

Finalmente, las precipitaciones también han impactado en la depuración de aguas residuales. En marzo, las estaciones depuradoras trataron 61,49 millones de metros cúbicos, la cifra más alta en la historia de Canal, mientras que en abril procesaron 54,24 millones, siendo el tercer mes más abundante en volumen depurado.

Estos datos reflejan una gestión eficiente y una respuesta adaptada a las condiciones climáticas favorables, contribuyendo a la protección del medio ambiente y a la sostenibilidad del recurso hídrico en la región.