La Comunidad de Madrid rechaza la declaración del Gobierno central sobre la Real Casa de Correos, argumentando su relevancia histórica y su papel como sede de la Presidencia regional.

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La Comunidad de Madrid ha tomado una posición firme para proteger la Real Casa de Correos, ubicada en la emblemática Puerta del Sol, argumentando que es un símbolo de unidad y reconciliación para todos los españoles.

Este pronunciamiento surge como respuesta a la reciente decisión unilateral del Ejecutivo central de declarar el edificio como Lugar de Memoria Democrática.

Esta acción, según la Comunidad, desvirtúa el valor histórico de la Real Casa de Correos y su función como espacio representativo de todos los madrileños.

La Consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local ha presentado un documento con alegaciones ante la Dirección General de Atención a las Víctimas y Promoción de la Memoria Democrática.

Este documento argumenta que la casa ha tenido diversos roles a lo largo de su historia, incluyendo su uso como oficina central de Correos, su papel crucial durante los acontecimientos del 2 de mayo de 1808 y su función como sede de múltiples instituciones, como la Capitanía General y el Gobierno Militar.

El consejero Miguel Ángel García Martín ha enfatizado la importancia de este edificio que, con más de 250 años de historia, ha sido testigo de numerosos eventos significativos en la capital española.

Además, ha destacado que la Real Casa de Correos es parte de la identidad de la ciudad, siendo el lugar donde se celebran las tradicionales Campanadas de Nochevieja y donde se encuentra el Kilómetro 0 de las carreteras radiales.

La edificación se ha vinculado a la memoria colectiva no solo de los madrileños, sino de todos los españoles.

El consejero también ha manifestado que vincular este edificio con el régimen franquista es un error.


Según sus palabras, "la Real Casa de Correos ha servido a diferentes gobiernos y ha tenido usos variados, por lo que debe ser preservada como un lugar de pluralidad y concordia.

Los poderes públicos tienen la responsabilidad de mantener la historia viva y proteger su significado institucional". En este sentido, se reafirmó el compromiso de utilizar todos los recursos legales disponibles para contrarrestar esta decisión del Gobierno central.

Asimismo, la Comunidad de Madrid ha solicitado el archivo del expediente de la declaración, ya que argumenta que el hecho de que el edificio haya albergado la Dirección General de Seguridad durante el periodo de 1939 a 1979 no puede eclipsar su rica historia.

El Ejecutivo autonómico señala que esta medida infringe sus competencias en la gestión de su patrimonio histórico y pone en duda la lealtad institucional del Estado, dado que no hubo una comunicación previa sobre este asunto.

La Real Casa de Correos, reconocida como Bien de Interés Cultural, cuenta en su fachada principal con tres placas conmemorativas a eventos históricos y trágicos que han marcado a la comunidad, como el levantamiento contra la invasión francesa y los atentados del 11-M. La institución, que se ha consolidado como la sede de la Comunidad de Madrid desde hace cuatro décadas, fue completamente renovada a finales de los años 90, inauguraciones que fueron presididas por los Reyes de España.

En definitiva, la Real Casa de Correos no solo es un edificio histórico, sino también un elemento central en la identidad y cultura de Madrid, representando la democracia y la pluralidad que caracterizan a la Comunidad de Madrid en la actualidad.