Los bomberos de la Comunidad de Madrid sorprenden a los niños del Hospital Gregorio Marañón en su visita anual, una tradición que data de 1997 y busca alegrar a los pequeños enfermos.

Cada año, desde 1997, una tradición conmovedora tiene lugar en Madrid cuando los bomberos de la Comunidad de Madrid visitan a los niños hospitalizados en el Hospital Infantil Gregorio Marañón.

Este centro público, conocido por su atención a los pequeños pacientes, se convierte en un escenario lleno de alegría y sorpresa cada diciembre.

La visita de los bomberos, un grupo compuesto por una veintena de profesionales, tiene como objetivo principal levantar el ánimo de los pequeños que se encuentran hospitalizados.

El evento anual inicia con una impresionante demostración de rapel, donde los valientes bomberos descienden por la fachada del edificio, arrodillándose ante los ojos curiosos y asombrados de los niños, quienes, momentáneamente, olvidan su situación.

Esta actividad no solo asombra a los pequeños, sino que también atrae la atención de padres y personal médico, convirtiendo el ambiente en uno de alegría y energía positiva.

Durante su visita, los bomberos recorren las diversas áreas del hospital, incluyendo las unidades de cuidados intensivos, las áreas de hospitalización y los espacios destinados a la psiquiatría adolescente.

Durante su recorrido, charlan con los niños, les regalan pequeños kits de bombero y les ofrecen la oportunidad de probarse chaquetas y cascos, creando una experiencia memorable.

Javier Iglesias, uno de los bomberos que participa desde el inicio de esta tradición, comparte: "Están pasando un momento difícil y tener la posibilidad de hacérselo un poquito más fácil y verles sonreír, nos llena más a nosotros que a ellos". Estas palabras reflejan el espíritu altruista detrás de la visita, que busca humanizar y hacer más llevadera la estancia hospitalaria de los menores.

El hospital, por su parte, organiza estas visitas como parte de sus esfuerzos por humanizar el tratamiento médico, buscando reducir el impacto emocional que la enfermedad puede tener en los niños.

Nuria Mira, presidenta de la Comisión de Humanización del Hospital Gregorio Marañón, explica: "Para ellos es toda una aventura poder compartir y ver a los bomberos en su hospital, pasar por sus habitaciones o probar el casco.

Salen de la rutina hospitalaria y pasan una mañana diferente".

Además, la visitación a la Urgencia también tiene un impacto significativo.

Muchos de los niños que llegan a esta área pueden estar asustados o en situaciones complicadas.

La presencia de los bomberos en estos momentos críticos les permite a los pequeños sentirse más cómodos.

Por último, la visita concluyó en la Unidad de Psiquiatría de Adolescentes, donde los jóvenes ingresados hicieron muchas preguntas sobre cómo convertirse en bomberos, entablando un diálogo inspirador.

En definitiva, esta visita anual no solo proporciona una alegría momentánea a los niños hospitalizados, sino que también fortalece el compromiso de la comunidad con el bienestar de estos menores, recordándoles que, en medio de sus luchas, hay espacios de luz y de esperanza.