La Comunidad de Madrid ha decidido financiar la participación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en una ambiciosa misión espacial que tiene como principal objetivo promover y coordinar diversas actividades de investigación científica e innovación tecnológica.

Esta decisión fue ratificada por el Consejo de Gobierno, que ha autorizado un convenio mediante el cual se otorgará una subvención de 150.000 euros (aproximadamente 158.000 dólares) destinados al lanzamiento del microsatélite denominado UPMSat-3.

El desarrollo de este microsatélite es una tarea en la que actualmente se encuentran involucradas más de 50 personas. Este equipo está compuesto por profesores, estudiantes y personal técnico y de servicios de varias Escuelas Técnicas, incluyendo la de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, Informática y Telecomunicaciones, así como por alumnos del Máster Universitario en Sistemas Espaciales.

La iniciativa cuenta con la coordinación del Instituto Universitario de Microgravedad Ignacio Da Riva, que forma parte de la UPM.

Esta inversión por parte de la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid ofrece a los estudiantes de la UPM la oportunidad de implicarse en el desarrollo de una plataforma que les permite adquirir experiencia práctica en el sector aeroespacial.

Esto es especialmente relevante en un campo que ha visto un crecimiento exponencial en las últimas décadas, donde España ha comenzado a destacar a nivel internacional.

Los experimentos que se ejecutarán mediante el UPMSat-3 estarán centrados en tecnología espacial y se realizarán en conjunto con otras instituciones académicas, como la Universidad Carlos III y la Universidad Complutense de Madrid.

El programa espacial ruso sufre un revés en su exploración lunar

El programa espacial ruso experimentó un duro golpe en sus aspiraciones de dominar nuevamente la exploración lunar. Después de más de 60 años desde su era dorada soviética, Rusia se encuentra rezagada en la competencia global actual por llegar a la Luna. El astrónomo Brad Tucker señala una disminución en la ambición, misiones y la pérdida generalizada de experiencia e inversión en el programa ruso. Recientemente, la sonda Luna-25 falló en obtener un aterrizaje controlado y se estrelló en la superficie lunar. Este hecho pone de manifiesto los desafíos que enfrenta Rusia en su objetivo de la explotación lunar.

Estos estudios permitirán llevar a cabo observaciones del fondo cósmico de microondas en vuelo, así como la medición de parámetros climáticos como la humedad y la temperatura atmosférica.

Tales investigaciones son fundamentales en el contexto actual del cambio climático y la búsqueda de soluciones a los desafíos medioambientales.

Por otro lado, a través de la colaboración con la Universidad Complutense, se pretende medir la emisión de microondas de aerosoles presentes en las capas altas de la atmósfera, especialmente en zonas cercanas a los polos.

Estos estudios son cruciales para entender las variaciones atmosféricas y cómo éstas pueden influir en el clima global.

Es importante recordar que la participación de las universidades en proyectos espaciales no es algo nuevo. Desde hace décadas, instituciones académicas de todo el mundo han colaborado con agencias espaciales en el desarrollo de satélites y en la investigación del espacio.

Esta tendencia se ha intensificado en los últimos años gracias a la creciente comercialización del espacio y al interés cada vez mayor por la exploración de nuevas fronteras científicas.

Confiamos en que la misión del UPMSat-3, junto con el apoyo financiero de la Comunidad de Madrid, impulse aún más la investigación y la formación en campos relacionados con la aeronáutica y la exploración espacial.