El Belén de la Comunidad de Madrid, inspirado en Ait Ben Haddou, invita a los ciudadanos a disfrutar de una experiencia cultural única con más de 480 figuras y música en vivo.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha inaugurado recientemente el clásico Belén en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional.
Este año, la representación navideña se ha inspirado en el pueblo marroquí de Ait Ben Haddou, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la UNESCO. Durante la presentación, Díaz Ayuso extendió una invitación a todos los madrileños y visitantes para que acudan a admirar esta magnífica representación, que se complementará con 300 coros que ofrecerán conciertos en vivo en el patio del edificio hasta finales de diciembre.
La composición del Belén ocupa una superficie de 145 metros cuadrados y está integrada por más de 480 figuras elaboradas por destacados escultores de belenes.
Entre los artistas se encuentran nombres reconocidos como José Luis Mayo, Hermanos Castells, Hermanos Cerrada y Ángeles Cámara, quienes han realizado un trabajo meticuloso para recrear varias escenas emblemáticas de la Natividad y otras que complementan la narrativa.
Uno de los aspectos más innovadores de este Belén es su realismo, acentuado por elementos naturales como ríos y cascadas que suman 30 metros en total y aportan frescura.
El montaje utiliza cerca de 1.200 kilos de corcho, 120 cajas de musgo y alrededor de 1.000 kilos de arenas y piedras, todo esto para recrear un ambiente que transporta al visitante a un pueblo típico del desierto.
Las calles del Belén están llenas de vida, con puestos de venta ambulante que invitan a los visitantes a sumergirse en la cultura bereber.
El punto central de esta obra es el Nacimiento, situado en una pequeña isla rodeada por agua cristalina, símbolo de la vida y la llegada del Salvador.
Este espacio se convierte en un faro espiritual, ofreciendo paz y un momento de reflexión en medio de la bulliciosa actividad del Belén.
Dos ríos que descienden desde montañas cercanas desembocan en una majestuosa cascada de 17 metros de largo, lo que amplifica la atmósfera mágica del lugar.
Un total de 58 voluntarios de la Asociación de Belenistas de Madrid han contribuido a la creación de este innovador arreglo, donde han reconstruido ocho escenas clave: el Sueño de José, la Anunciación a la Virgen María, la Visitación a Santa Isabel, la búsqueda de alojamiento, la Anunciación a los pastores, la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos y la Huida a Egipto.
Este Belén no solo es un atractivo turístico, sino también una manifestación cultural que permite a los madrileños conectarse con tradiciones ancestrales.
La historia del Belén se remonta a los inicios del cristianismo, siendo San Francisco de Asís el pionero en crear una representación visual del nacimiento de Jesús en 1223, algo que ha perdurado a lo largo de los siglos y se ha evolucionado en diversas formas a lo largo del tiempo.
Con esta inauguración, la Comunidad de Madrid no solo celebra la Navidad, sino que también rinde homenaje a su rica herencia cultural.