La vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Barack Obama realizan su primera campaña juntos, buscando motivar a los votantes contra Donald Trump antes de las elecciones.
En un movimiento estratégico, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Barack Obama han realizado su primera campaña conjunta, con el objetivo de transformar las próximas elecciones estadounidenses en un referéndum sobre la figura de Donald Trump.
La reciente actividad de campaña se produce en medio de la preocupación por el hecho de que Trump podría estar a un paso de regresar a la Casa Blanca.
A menos de dos semanas de las elecciones, las encuestas muestran una carrera reñida, lo que ha llevado a la campaña de Harris a iniciar una ofensiva en los estados decisivos, lanzando ataques contra el carácter del ex presidente con la esperanza de movilizar a más votantes.
En un evento celebrado en Georgia, Harris advirtió: "Esto no es 2016 ni 2020; las apuestas son aún más altas porque en los últimos años, y en particular en los últimos ocho, Donald Trump se ha vuelto más confuso, inestable y enojado". La vicepresidenta subrayó la gravedad de la situación actual, afirmando que Trump ahora parece estar completamente descontrolado.
"Antes, había personas a su alrededor que podían controlarlo.
Ahora, imaginen a Donald Trump sin límites", añadió.
La serie de conciertos titulada "Cuando Votamos, Ganamos" comenzó el pasado jueves, donde Harris y Obama se unieron a varias celebridades como el legendario guitarrista Bruce Springsteen, el actor Samuel L. Jackson, el director Spike Lee y el cineasta Tyler Perry.
En uno de los momentos más esperados de la campaña, la cantante Beyoncé también se presentará en un evento en Texas, que se ha convertido en un foco para los demócratas debido a las restricciones sobre el aborto.
Además, Michelle Obama se sumará a la campaña en Michigan, un estado clave para los demócratas.
Este empuje estelar busca incentivar a la base demócrata para que vote de manera anticipada o acuda en gran número el día de las elecciones.
La participación de votantes puede hacer una gran diferencia en el sistema electoral opcional de Estados Unidos.
En las elecciones de 2020, por ejemplo, se registró un récord de 159 millones de estadounidenses que votaron, lo que representó solo el 67% de los votantes elegibles, dejando a aproximadamente 80 millones sin participar.
La campaña de Harris y Obama se alza como una respuesta a la convocación de movilizar la participación electoral en un clima altamente polarizado como el actual.
Históricamente, la influencia de figuras populares ha demostrado ser crucial en las elecciones.
Desde las apariciones de celebridades hasta el uso de eventos culturales, los candidatos han buscado constantemente maneras de conectar con la base electoral.
A medida que la fecha de las elecciones se aproxima, la presión aumenta tanto para los demócratas como para los republicanos, y la participación puede ser decididamente impactante.