El ejército de EE. UU. respalda a una empleada de Arlington National Cemetery tras ser apartada durante la visita del expresidente Trump, defendiendo su profesionalismo frente a las críticas.
Washington: El ejército de Estados Unidos ha defendido a una empleada del Cementerio Nacional de Arlington, quien fue apartada durante una visita del expresidente Donald Trump, afirmando que actuó de manera profesional y que estaba siendo atacada injustamente.
La institución militar rara vez se pronuncia sobre cuestiones políticas y, aunque su comunicado del jueves no mencionó explícitamente a Trump o su campaña, sí hizo referencia a una ceremonia que tuvo lugar el lunes.
Ese día, Trump, candidato republicano para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, visitó el cementerio y participó en una ceremonia de colocación de una ofrenda floral en honor a los 13 miembros de las fuerzas armadas que perdieron la vida durante la retirada de EE. UU. de Afganistán en 2021. Durante su visita, también se dirigió a la Sección 60 del cementerio, un lugar sagrado para el ejército donde reposan numerosos soldados caídos.
Las leyes federales de EE. UU. y las políticas del Pentágono prohíben actividades políticas en esa sección del cementerio.
Sin embargo, se grabaron videos durante el evento por parte de la campaña de Trump y estos fueron utilizados luego en anuncios.
"Una empleada del ANC (Cementerio Nacional de Arlington) que intentaba garantizar el cumplimiento de estas normas fue abruptamente apartada", declaró el ejército en su comunicado.
"Este incidente fue desafortunado, y también es desafortunado que la empleada del ANC y su profesionalismo hayan sido atacados injustamente", agregó la institución.
Por otro lado, el portavoz de la campaña de Trump, Steven Cheung, comentó: "La realidad es que se permitió la entrada de un fotógrafo privado al recinto y, por alguna razón, una persona no identificada, claramente pasando por un episodio de salud mental, decidió bloquear físicamente a integrantes del equipo del presidente Trump durante una ceremonia muy solemne".
La controversia resalta la complejidad de mezclar lo político con lo militar, especialmente en contextos tan sensibles como es el Cementerio Nacional de Arlington, un lugar que alberga las tumbas de muchos héroes estadounidenses.
Desde su inauguración en 1864, Arlington ha sido el lugar de descanso final para miles de soldados, y cada ceremonia en este lugar es un recordatorio del sacrificio hecho por las fuerzas armadas del país.
La intervención del ejército en este caso subraya la delicada línea que deben seguir las instituciones militares en un entorno cada vez más polarizado.
La profesionalidad y el respeto hacia los caídos deben prevalecer, a pesar de las distracciones políticas, un principio que ha guiado al ejército estadounidense a lo largo de su historia.