En Washington, la campaña de Trump ha intensificado sus ataques contra la vicepresidenta Kamala Harris en medio de crecientes llamados para que Joe Biden sea reemplazado como candidato demócrata para las elecciones en Estados Unidos.

Mientras la Casa Blanca celebraba reuniones de crisis instando al personal a ignorar el 'ruido' tras la pésima actuación del presidente en el debate de la semana pasada, los aliados de Donald Trump y grupos de recaudación de fondos pusieron su mira en Harris, quien sería una candidata líder para reemplazar a Biden si este decide retirarse.

Buscando explotar las secuelas del debate, un nuevo anuncio del Comité Nacional Republicano del Congreso etiquetó a la vicepresidenta como 'La cómplice en jefe de Biden' mostrando imágenes del presidente de 81 años quedándose dormido, tropezando y luciendo confundido en varios eventos públicos.

En un correo electrónico a sus seguidores, el PAC de recaudación de fondos de Hacer América Grande Otra Vez de Trump acusó a Harris de arruinar su rol anterior como la persona elegida por la administración para enfrentar la crisis fronteriza, y afirmó que 'mintió sobre las facultades mentales fallidas de Joe Biden, lo que ha permitido que estalle la guerra y la destrucción en todo el mundo'.

Trump se prepara para posibles acusaciones criminales en Washington y Georgia

Se refuerza la seguridad en Washington y Georgia mientras Donald Trump se prepara para enfrentar posibles acusaciones criminales en los próximos días, relacionadas con su intento de impedir que Joe Biden se convirtiera en presidente.

Y el ex asesor de inmigración de Trump, Stephen Miller, también arremetió, buscando enmarcar la campaña de Biden en términos conspirativos: '¿Qué sabía Kamala y cuándo lo supo?'.

Los republicanos y los medios conservadores de EE.UU. siempre han apuntado a Harris, quien es 21 años más joven que Biden, retratándola como alguien que consiguió su puesto debido a la política de identidad demócrata en lugar de por mérito.

Esto a pesar de que la mujer de 59 años ha sido fiscal general de California, fiscal de distrito de San Francisco y miembro clave de algunos de los comités más poderosos del Senado.

En los últimos meses, también ha desempeñado un papel central en movilizar a los votantes en temas como el aborto y otras cuestiones de justicia social.