El impacto duradero de Tim Walz como educador resuena en su carrera política, mostrando la influencia que puede tener un maestro en sus alumnos.
La semana pasada, encontré fascinantes horas de videos virales protagonizados por Tim Walz, el actual gobernador de Minnesota y candidato a la vicepresidencia del partido Demócrata.
Su mensaje resonó en mí de manera especial, ya que su estilo de comunicación claro y directo recuerda mis días como estudiante en la escuela secundaria Mankato West, donde él fue mi profesor hace dos décadas.
En aquel entonces, Mankato era un tranquilo pueblo suburbano de 50,000 habitantes rodeado de campos de maíz.
Esta localidad es famosa por albergar la Clínica Mayo, considerada uno de los mejores hospitales del mundo, y la compañía de verduras enlatadas Jolly Green Giant.
A solo unos minutos se encuentra una ciudad que produce una gran parte del suministro mundial de Spam.
Mis recuerdos de aquellos días son nostálgicos.
En 2022, nuestra comunidad votó a favor de Donald Trump por diez puntos, lo que me llevó a cuestionar si realmente éramos un lugar conservador o progresista.
Era un entorno donde la política y la religión se evitaban como temas de conversación con extraños.
Sin embargo, Tim Walz, conocido por todos como Mr.
Walz, era el docente preferido.
Aunque no era el profesor más joven o moderno, su profesionalismo y humanidad lo hacían destacar.
Como estudiante de 15 años en 2004, entré en su aula rodeada de otros 30 compañeros, escéptica sobre la utilidad de las asignaturas como geografía, historia y estudios sociales.
Walz me sorprendió al animarnos a escuchar y formular preguntas.
Uno de sus ejercicios favoritos consistía en que leyéramos la misma noticia en tres periódicos diferentes cada semana.
Nos desafiaba con preguntas como: “¿Cuál es el contexto histórico de esta noticia? ¿Cómo enmarca cada periódico la historia y por qué creéis que es así?”. En lugar de simplemente impartir conocimientos, sus lecciones se convertían en discusiones reflexivas.
Su estilo de enseñanza me motivó a ser una mejor ciudadana y su influencia perdura en mí incluso ahora, como docente universitaria en la Universidad de Melbourne.
A lo largo de los años, Tim Walz no solo ha continuado su camino educativo, sino que también ha asumido posiciones políticas de relevancia, demostrando que un buen maestro puede transformar el pensamiento crítico de sus estudiantes.
Este impacto es innegable, dado que cada vez más jóvenes se sienten inspirados por su trayectoria que combina educación y compromiso cívico.
Mientras Walz avanza en su carrera a un cargo más alto, su legado como educador sigue siendo un testamento de cómo la enseñanza puede influir en las futuras generaciones de líderes.