Una familia tailandesa celebra la liberación de su ser querido que fue secuestrado en la Franja de Gaza por el grupo terrorista Hamas.

Wanida Ma-asa se mantuvo despierta hasta tarde el sábado por la noche en su hogar en el noreste de Tailandia, esperando desesperadamente escuchar noticias sobre la liberación de más rehenes de la Franja de Gaza por parte de Hamas.

Alrededor de la 1 de la madrugada, finalmente se quedó dormida.

Cuando despertó, las noticias que anhelaba durante siete semanas finalmente habían llegado.

Su esposo, Anucha Angkaew, o "Art" como se le conoce, había sido liberado.

Anucha Angkaew (segundo desde la izquierda) se muestra junto con otros rehenes tailandeses liberados en una fotografía difundida por Hamas y circulada en las redes sociales.

"Estoy tan feliz y tan abrumada", dijo.

"Fue algo tan grave que sucedió que es difícil creer que haya sido liberado y pronto estará en casa".

Anucha, de 28 años, fue uno de los cuatro ciudadanos tailandeses secuestrados liberados el domingo por Hamas.

Su libertad fue restaurada junto con la de 13 israelíes en lo que fue la segunda ronda de liberaciones de rehenes por parte del grupo terrorista islámico.

Diez tailandeses habían sido liberados en la primera etapa de un acuerdo según el cual también se liberaría a palestinos de las cárceles israelíes a cambio de rehenes israelíes durante un alto al fuego de cuatro días.

A última hora del domingo, 50 días después de que el ataque de Hamas al sur de Israel desencadenara una nueva guerra, todavía se encontraban secuestradas por Hamas hasta 16 personas de Tailandia, según una estimación anterior del Ministerio de Relaciones Exteriores del país.

El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Eli Cohen, habla con uno de los rehenes tailandeses liberados en el Centro Médico Shamir en Tel Aviv.

Viviendo en comunidades agrícolas y trabajando en granjas cerca de la Franja de Gaza en virtud de un acuerdo entre la nación del sudeste asiático e Israel para fortalecer la fuerza laboral agrícola de este último, se vieron atrapados en el feroz ataque de los militantes palestinos del 7 de octubre.

Anucha, un agricultor de aguacates, fue llevado desde el kibutz Re'im, a cuatro kilómetros de la frontera con Gaza y cerca del lugar del festival de música donde los asistentes fueron masacrados por pistoleros de Hamas.