Un creciente número de políticos en Estados Unidos están siendo víctimas de incidentes de swatting, en los cuales se realizan falsas llamadas de auxilio que resultan en la llegada de unidades policiales armadas a sus hogares. Estos incidentes, que han ocurrido durante las vacaciones, han generado preocupación debido a su naturaleza peligrosa y han afectado a congresistas y funcionarios electos en diferentes partes del país.
Durante las últimas semanas, se han reportado numerosos incidentes de swatting en Estados Unidos, especialmente dirigidos a políticos de diferentes partidos y niveles de gobierno.
El más destacado de estos incidentes ocurrió durante el día de Navidad, cuando la congresista Marjorie Taylor Greene publicó en la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter) que había sido víctima del swatting por octava vez: 'Acabo de sufrir swatting.
Esta es la octava vez.
En Navidad y con mi familia aquí'.
Otros episodios similares han ocurrido esta semana en diferentes localidades del país, como el condado de Cayuga en Nueva York, el condado de DeKalb en Georgia, Lincoln en Nebraska y el condado de Licking en Ohio.
La mayoría de estos incidentes han afectado a políticos republicanos, aunque también ha habido casos como el de la alcaldesa de Boston Michelle Wu, quien, siendo demócrata, tuvo que lidiar con la presencia de fuerzas de seguridad en su hogar debido a una llamada falsa reportando un tiroteo.
El swatting es una práctica peligrosa que consiste en realizar falsas denuncias de crímenes violentos con el objetivo de que unidades de policía altamente armadas y entrenadas, conocidas como SWAT, acudan al lugar de los hechos.
Estos incidentes no solo representan un peligro para las personas que son blanco de estas falsas denuncias, sino que también distraen y desperdician recursos de las fuerzas de seguridad, que podrían estar siendo utilizados en situaciones reales de emergencia.
La profesora Lauren R. Shapiro, de la Universidad John Jay de Justicia Penal, ha señalado que estos incidentes podrían estar motivados tanto por diferencias en legislación específica como por discrepancias en creencias y posiciones políticas más generales.
'Cuando alguien no está de acuerdo con las creencias o declaraciones de una persona, puede intentar intimidarla a través de campañas de acoso, acoso, swatting, etc.', explica Shapiro.
Expertos han advertido que estos incidentes de alto perfil podrían activar la imitación, generando más casos de swatting en el futuro.
Es necesario tomar medidas para prevenir y castigar estos actos, garantizando la seguridad de los políticos y evitando el desperdicio de recursos por parte de las fuerzas de seguridad.