Miles de personas se reunieron en Stonehenge para celebrar el solsticio de verano en un ambiente festivo y pacífico.
En la llanura de Salisbury, alrededor de 10.000 druidas, paganos, viajeros de Nueva Era y turistas de Instagram marcaban el solsticio de verano en Stonehenge al ritmo de tambores y vítores mientras salía el sol.
Con solo unas pocas nubes tenues en el cielo, fue un amanecer perfecto para el día más largo del año en el hemisferio norte, mientras los miles de coloridos festejantes bailaban pacíficamente, tocaban la flauta y cantaban mientras el sol brillaba sobre el horizonte a las 4:52 am.
La gente se reunía alrededor de la Piedra del Talón antes del amanecer. El monumento neolítico en Salisbury Plain, atacado por vándalos que protestaban por los combustibles fósiles y el cambio climático apenas 48 horas antes, resonaba con el sonido de un saxofón al amanecer sobre la Piedra del Talón, la antigua entrada al Círculo de Piedra.
Construido en varias fases desde alrededor de 3100 a.C. hasta 1600 a.C., en tiempos prehistóricos la gente, principalmente agricultores, viajeros y constructores, se reunían en Stonehenge en los solsticios de verano e invierno para presenciar los cambios cruciales en el movimiento del sol.
Realizaban rituales y ceremonias relacionadas con los cambios de estación, el sol y el cielo. En tiempos más recientes, el olor a cannabis llena el aire con los sonidos del reggae acústico. Un hombre llamado Larry que dice que fue un cuervo en una vida pasada grazna a todos los que pasan. Hombres en esmoquin gritan a voz en cuello que han renacido. Se pueden comprar sudaderas con capucha y gorras, hamburguesas veganas y un flat white débil y lechoso. La vibra es como ninguna otra. Si buscas un lugar para ser completamente tú mismo, este es el lugar. El cielo, nos indica nuestro guía turístico, era importante para obtener información práctica sobre el clima, la medición del tiempo y la navegación, pero también estaba estrechamente relacionado con historias, mitos y creencias sobre el cosmos.
La ceremonia fue liderada por el autodenominado líder druida, el Rey Arturo Pendragon, que entonó un canto por la paz, la protección del sitio antiguo y el regreso de los guardianes del sitio, restos humanos milenarios que se dice que ahora están en un almacén de un museo.
