Las autoridades de Guangdong reportan más de 7.000 casos de fiebre chikungunya en un brote que ha despertado temores de una posible pandemia. La enfermedad, transmitida por mosquitos, se ha detectado en más de 60 países y su incremento en China genera alarma internacional.

Imagen relacionada de alerta global por aumento de casos de fiebre chikungunya en china y su potencial expansion

La #fiebre chikungunya es una enfermedad viral transmitida principalmente por el mosquito hembra infectado, y su expansión en China, país con una población de más de 1.400 millones de habitantes, podría tener implicaciones serias si no se controlan los focos de transmisión.

Supuestamente, la enfermedad no discrimina y puede afectar a personas de todas las edades, aunque los grupos más vulnerables suelen ser los niños, los adultos mayores y las personas con sistema inmunológico debilitado.

La fiebre chikungunya ha sido detectada en más de 60 países en distintos continentes, incluyendo Asia, África, Europa y las Américas, y su potencial para causar brotes masivos ha sido motivo de preocupación desde que se identificó por primera vez en África en la década de 1950.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la rápida expansión del virus podría facilitar la aparición de una #pandemia si no se implementan medidas de control efectivas.

El virus se transmite a través de la picadura de #mosquitos infectados, principalmente del género Aedes, que también son responsables de la transmisión del dengue y el zika.

La enfermedad puede manifestarse entre 2 y 12 días después de la picadura, aunque en la mayoría de los casos, los síntomas aparecen entre 4 y 8 días.

Los síntomas principales incluyen fiebre superior a 39°C, dolores musculares intensos, cefalea, náuseas, fatiga extrema y una erupción cutánea. Uno de los signos característicos es el dolor articular severo, que en algunos casos puede persistir durante meses o incluso años, causando discapacidades temporales o permanentes.

Según informes del Ministerio de Salud chino

Según informes del Ministerio de Salud chino, la mayoría de los pacientes logran recuperarse completamente, pero el malestar muscular y articular puede prolongarse, afectando la calidad de vida.

Actualmente, no existe un tratamiento antiviral específico para esta enfermedad; la terapia se centra en aliviar los síntomas, especialmente el dolor en las articulaciones y la fiebre.

Supuestamente, las autoridades sanitarias recomiendan varias medidas para prevenir la transmisión y contener la propagación del virus. Entre ellas, se destaca el uso de mosquiteros en ventanas y puertas, la eliminación de criaderos de mosquitos en áreas peri e intradomiciliarias, y la adopción de hábitos que reduzcan la contacto con estos insectos.

Se aconseja vestir ropa de colores claros, mangas largas y pantalones largos, además de utilizar repelentes que contengan al menos un 30% de DEET en la piel.

Sin embargo, se recomienda no aplicar repelentes en menores de 2 meses.

Supuestamente, expertos en #salud pública consideran que este brote en China puede ser solo la punta del iceberg. La presencia de mosquitos Aedes en regiones urbanas y rurales incrementa el riesgo de que la enfermedad se propague rápidamente si no se toman medidas de control efectivas.

La experiencia en otros países, como Brasil y Filipinas, demuestra que los brotes pueden escalar rápidamente si no se interviene a tiempo. La comunidad internacional está en alerta ante la posibilidad de que esta situación derive en una pandemia global similar a la del zika o el dengue, #enfermedades que también son transmitidas por los mismos vectores.

A largo plazo, expertos sugieren que es fundamental reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica y promover campañas de concienciación para reducir los criaderos de mosquitos en zonas urbanas y rurales.