Análisis de las nuevas tácticas de Rusia en su conflicto con Ucrania, incluyendo un incremento en los ataques, adaptaciones militares y alianzas con otros países.
Después del revés que sufrió en la batalla de Kiev en 2022, el presidente ruso Vladimir Putin ha reevaluado su enfoque sobre cómo conseguir una victoria en la guerra contra Ucrania.
Desde entonces, su estrategia ha girado en torno a mantener el esfuerzo bélico mediante la movilización, la tolerancia ante las bajas y el establecimiento de colaboraciones con potencias como China, Irán y Corea del Norte, buscando así desgastar la voluntad de los ciudadanos y políticos de Occidente en relación al conflicto.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, el 20 de enero de este año, ha sido vista por Putin como un hito en este plan.
Las declaraciones de Trump, como haber calificado a Ucrania de un país 'demolido' y su sugerencia de que debería haber hecho concesiones antes de que Rusia iniciara su invasión en febrero de 2022, han resonado en el Kremlin.
Este contexto histórico es interpretado por Putin como una oportunidad para darle un nuevo giro a unas hostilidades que le han costado mucho en términos económicos y políticos, a cambio de poco.
En lo que respecta a la ofensiva militar rusa, se ha registrado un aumento notable en la cantidad de ataques diarios.
Según el Centro Ucraniano para las Estrategias de Defensa, mientras que el año pasado Rusia llevaba a cabo menos de 100 acciones de combate al día, actualmente se superan las 200. En 2024, se estima que Rusia ha capturado alrededor de 3000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, de los cuales un tercio se ha logrado en los últimos dos meses.
Este cambio de ritmo refleja una capacidad de las fuerzas rusas para reemplazar sus pérdidas, a pesar de que Ucrania reporta cifras alarmantes, como 2000 bajas en un solo día a finales de noviembre.
Polémica en Rusia: Yevgeny Prigozhin desafía al Kremlin a través de Telegram
El polémico empresario ruso Yevgeny Prigozhin ha utilizado la aplicación de mensajería Telegram para declarar abiertamente una guerra contra el Ministerio de Defensa de Rusia. Sus mensajes críticos hacia el Kremlin han ganado notoriedad en los medios internacionales y han amenazado la legitimidad del presidente Vladimir Putin. Esta situación plantea un dilema para el Kremlin, ya que Telegram también ha sido utilizado para propagar la desinformación rusa a lo largo de los años.Además, Rusia ha demostrado un notable avance en su capacidad de aprendizaje y adaptación.
Aunque todavía enfrenta retos en la calidad de sus soldados individuales, ha conseguido mejorar su desempeño en operaciones tácticas y efectuar cambios institucionales en sus fuerzas, lo que le ha permitido explotar de manera más eficaz las debilidades en las líneas de defensa ucranianas.
En los últimos meses, la colaboración con socios externos también ha aumentado.
La alianza entre Irán, China, Rusia y Corea del Norte se perfila como un bloque con el objetivo de desmantelar el sistema internacional establecido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Se ha reportado que Corea del Norte ha incrementado su apoyo a Rusia al desplegar 10,000 soldados en Kursk, lo que podría ser el primer contingente de muchos otros.
Asimismo, tanto China como Irán siguen brindando respaldo a Rusia, manteniendo una 'comunidad de aprendizaje' donde intercambian estrategias sobre guerra moderna y competencia geoestratégica.
Finalmente, Rusia también ha intensificado sus campañas de sabotaje en toda Europa.
En octubre, el jefe del servicio de inteligencia británico, MI5, advirtió de que los agentes rusos habían llevado a cabo actos de sabotaje con una creciente temeridad.
Las agencias de inteligencia alemanas han constatado un aumento tanto cualitativo como cuantitativo en estas actividades, dificultando a la OTAN formular una respuesta clara ante estas provocaciones.