El reciente acuerdo entre Airbnb y el Coliseo ha desatado críticas por la posible trivialización de este monumento histórico.
En los últimos días, la ciudad de Roma se ha visto envuelta en una ola de indignación tras el anuncio de un acuerdo entre Airbnb y el famoso Coliseo.
Este convenio permite que ciertos turistas se vistan como gladiadores y participen en combates simulados en la emblemática arena.
Los críticos consideran que este trato es una ofensa a la dignidad de uno de los monumentos más importantes de la antigua Roma y advierten que podría trivializar su significado histórico, transformándolo en algo similar a un parque de atracciones.
La controversia surge en un contexto en el que se ha generado un gran interés por la época de los gladiadores, especialmente con el lanzamiento de la película 'Gladiator II', dirigida por Ridley Scott y con actuaciones estelares de Denzel Washington y Paul Mescal.
Esta conexión entre el cine y el evento programado ha alimentado aún más el debate sobre la apropiación de la historia antigua por parte de la industria del entretenimiento.
Según el acuerdo, Airbnb se ha comprometido a donar aproximadamente 1.4 millones de euros al Parque Arqueológico del Coliseo para la mejora de una exposición permanente dentro del anfiteatro.
A cambio, 16 huéspedes de Airbnb tendrán la oportunidad de vivir la experiencia de ser gladiadores, utilizando espadas, sandalias y cascos, en combates simulados que se llevarán a cabo al atardecer, después de que la arena cierre al público.
Los participantes accederán al Coliseo a través de túneles que fueron utilizados por los gladiadores hace 2000 años, evocando imágenes de la famosa película 'Gladiador', protagonizada por Russell Crowe.
Sin embargo, el acceso a esta experiencia no será sencillo; los interesados podrán inscribirse desde el 27 de noviembre hasta el 10 de diciembre y serán seleccionados mediante un sorteo.
Las peleas están programadas para llevarse a cabo en mayo, pero tanto el Ayuntamiento de Roma como numerosos ciudadanos han expresado su fuerte rechazo hacia esta iniciativa.
Argumentan que el Coliseo, que en su época de esplendor fue testigo de verdaderas luchas entre gladiadores, no debería ser convertido en un escenario para simulaciones que podrían desvirtuar su valor histórico y cultural.
Además, señalan que esta acción podría ser un precedente para otras empresas que intenten capitalizar sobre monumentos de igual relevancia.
Es importante recordar que el Coliseo ha sido parte de la historia de Roma durante casi 2000 años.
Construido en el siglo I, este impresionante anfiteatro no solo sirvió como un lugar de entretenimiento, sino que también refleja el ingenio de la ingeniería romana.
La posibilidad de que se convierta en un atractivo turístico en el que los visitantes se vistan como gladiadores ha generado una mezcla de interés y repulsión entre los romanos.
El futuro del Coliseo y de cómo se presenta al mundo está en el centro de este debate, que podría definir nuevas fronteras sobre el turismo y la preservación de la historia en la era moderna.