Cientos de refugiados palestinos han encontrado refugio en el Complejo Recreativo de Ramallah después de ser deportados o huir de Israel. La situación es desoladora y los hombres se encuentran durmiendo en el suelo, tanto dentro como fuera de las instalaciones del centro. Abu, un padre de nueve hijos de Beit Hanon, ha tenido que abandonar su trabajo como mecánico en Israel para buscar una mejor vida para su familia. Hasta el 7 de octubre, alrededor de 18,000 palestinos tenían permisos para trabajar en Israel, pero ahora se encuentran desplazados y en busca de un nuevo lugar para quedarse.

En Ramallah, la capital administrativa de la Autoridad Nacional Palestina, un centro recreativo que solía estar lleno de risas ahora está invadido por la desolación.

El sol del mediodía golpea fuertemente en Cisjordania mientras las banderas palestinas ondean al viento y los edificios de apartamentos de piedra blanca se alzan sobre las colinas circundantes.

Lo que alguna vez fue un centro de entretenimiento ahora se asemeja a un campamento de refugiados, con colchones colocados en el suelo junto a equipaje abandonado.

La cancha de fútbol cubierta está abarrotada de hombres durmiendo en el suelo, algunos resguardándose dentro de las redes.

Aquellos que no han logrado conseguir un lugar dentro del centro recreativo se ven obligados a dormir al aire libre.

Entre los aproximadamente 550 hombres que se encuentran aquí se encuentra Abu, padre de nueve hijos proveniente de Beit Hanon, una ciudad en el norte de Gaza cerca de la frontera con Israel.

Hace dos semanas, Abu cruzaba regularmente la frontera para trabajar como mecánico de automóviles en Israel, con el objetivo de brindar una vida mejor a su familia.

Hasta el 7 de octubre, alrededor de 18,000 gazatíes tenían permisos para trabajar legalmente en Israel, cruzando a pie el paso de Erez, el único camino terrestre entre los dos territorios.

La mayoría de los hombres trabajaban en campos como la construcción, limpieza y agricultura.

Los riesgos de explotación y acoso eran altos, pero estos permisos eran documentos muy valorados por los palestinos.

Un palestino podía ganar seis veces más trabajando en Israel que en Gaza, donde el 46 por ciento de la población está desempleada.

Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente y ahora cientos de ellos se encuentran desplazados y buscando refugio en Ramallah.