Palestinos huyen de los ataques aéreos israelíes en Rafah, tras haber sido prometida su seguridad en la zona. La comunidad internacional pide un alto al fuego y el reconocimiento de Palestina como parte de la solución.
En el mundo de Oriente Medio, se les dijo que Rafah era seguro.
Un estrecho de tierra hacia donde se dirigieron 1,4 millones de palestinos, si lograban atravesar los 'corredores seguros' sin ser atacados por los soldados israelíes, para escapar de las casas que caían a su alrededor, los hospitales que eran aplastados sobre ellos y las panaderías que quedaban destruidas, durante meses de bombardeos israelíes implacables.
Pero la semana pasada, el mundo contuvo el aliento mientras aquellos que habían sido convertidos en refugiados una y otra vez, refugiándose en los últimos vestigios de esa supuesta zona segura y siendo asediados por Israel, fueron luego aterrorizados y brutalizados por los ataques aéreos israelíes.
Los palestinos huyen después de un ataque israelí a un edificio residencial en Rafah el lunes.
Crédito: AP Israel ha declarado al mundo que tiene la intención de infligir más violencia en Rafah, y que habrá un 'espacio' al norte para que millones de palestinos vayan.
Este es el mismo gobierno que describe a un hospital sin agua corriente como 'funcional'. Espacio no es lo mismo que seguridad, y seguridad es lo que los palestinos merecen y lo que el gobierno australiano ha pedido.
La semana pasada, en teléfonos y pantallas, vimos el cuerpo de Sidra Hassouna, de siete años, de quien el embajador palestino en el Reino Unido dijo que era pariente de su esposa, colgando, sin extremidades y sin vida, desde la ventana del piso superior de una casa destrozada por el bombardeo israelí. Seguramente tenemos derecho a preguntarnos cuánta muerte y destrucción, cuántas familias aniquiladas, serían necesarias para que el mundo ponga fin a la guerra que Israel está librando contra toda una sociedad.
¿Cuántos como Sidra Hassouna deben ser destrozados para que el mundo haga lo que tiene el poder de hacer para detener a Israel? Hace tres semanas, la Corte Internacional de Justicia emitió un fallo vinculante para que Israel hiciera todo lo posible para evitar el genocidio y permitir el flujo de ayuda humanitaria.
La respuesta de Israel ha sido redoblar la apuesta, demostrando su desprecio por la autoridad del tribunal más alto del mundo y su confianza en que los gobiernos más poderosos del mundo occidental seguirán permitiéndole masacrar impunemente.
El primer ministro Anthony Albanese ha declarado que 'cada vida palestina importa, al igual que cada vida israelí importa'. Pero para que eso sea cierto, las vidas palestinas deben ser protegidas y las voces palestinas escuchadas y amplificadas.
Eso es simplemente imposible mientras continúen las operaciones militares israelíes.
Por lo tanto, lo que el gobierno australiano necesita hacer no solo es respaldar un alto al fuego, sino reconocer a Palestina, para darle a su pueblo un lugar en la mesa para decidir su propio destino.