Vladimir Putin ha retirado a Sergei Shoigu de su cargo de Ministro de Defensa de Rusia y lo ha nombrado para dirigir el Consejo de Seguridad y Defensa del país, en un importante cambio en el equipo de seguridad del Kremlin.

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En una reorganización sorpresiva del equipo de seguridad del Kremlin, el líder ruso Vladimir Putin ha retirado a Sergei Shoigu de su cargo de Ministro de Defensa de Rusia y lo ha designado para liderar el Consejo de Seguridad y Defensa del país, un órgano consultivo que asesora al presidente, en un importante cambio en el equipo de seguridad del Kremlin.

Para reemplazar a Shoigu como jefe de defensa, Putin nominó al ex viceprimer ministro Andrei Belousov, un economista que anteriormente se desempeñó como ministro de Desarrollo Económico, según un comunicado publicado por el Consejo de la Federación, la cámara alta del parlamento ruso, en su canal oficial de Telegram.

La elección de Belousov señaló el deseo de Putin de contar con un jefe de defensa que ejerciera un control estricto sobre los enormes incrementos en el gasto militar para financiar la brutal guerra de Rusia contra Ucrania y para frenar la corrupción endémica en la agencia, que parecía haber paralizado a las fuerzas rusas al comienzo de la invasión cuando los nuevos reclutas a menudo parecían estar mal equipados.

El nombramiento, anunciado el domingo de un fin de semana festivo de cuatro días en Rusia, se realizó cuidadosamente en un tono que no sugiriera cambios sísmicos en medio de la prolongada guerra en Ucrania o para señalar la reasignación de Shoigu como una degradación.

Shoigu es un confidente de toda la vida de Putin que se desempeñó como ministro de Defensa durante 11 años y medio, desde noviembre de 2012, y fue ministro de Situaciones de Emergencia durante 21 años, desde 1991 hasta 2012. A lo largo de los años, Shoigu ha sido especulado como un posible sucesor de Putin, pero también ha enfrentado duras críticas por los tropiezos militares del país después de la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Algunas de las críticas más duras provinieron de Yevgeniy Prigozhin, el multimillonario de la restauración conocido como el chef de Putin, que también fue el líder del grupo de mercenarios Wagner.


El año pasado, Prigozhin lideró a sus mercenarios en una breve rebelión en un intento de destituir a Shoigu y de evitar que el ministerio de Defensa se hiciera cargo de la empresa militar privada Wagner.

La rebelión fracasó, y Prigozhin falleció en agosto en un misterioso accidente aéreo.

En abril, funcionarios rusos abrieron un caso criminal de gran repercusión contra uno de los subordinados de Shoigu, Timur Ivanov, quien supervisó proyectos de construcción militar, incluida la reconstrucción de la ciudad ucraniana destruida de Mariúpol, que ahora está ocupada por Rusia.

Ivanov fue acusado de aceptar un soborno de 11 millones de dólares estadounidenses.

Los casos de corrupción contra funcionarios de alto perfil son raros y a menudo señalan un cambio de poder inminente.

En Rusia, la noticia de la investigación se consideró ampliamente como una señal ominosa para Shoigu.

El caso también mostró una nueva necesidad de luchar contra la corrupción, durante mucho tiempo tolerada en Rusia, para garantizar que los recursos militares cruciales lleguen a las líneas del frente.