El Príncipe Guillermo se posiciona en temas políticos en contraste con la tradición de neutralidad de la monarquía británica.
En Londres, el Príncipe Guillermo, la figura más popular entre los Windsor en las encuestas de opinión británicas, ha realizado una intervención bastante significativa esta semana.
Y ha levantado cejas en todo el mundo.
Por supuesto, en la monarquía constitucional británica, se espera que los miembros de la realeza se mantengan alejados de la política.
La difunta abuela de William, Isabel II, fue durante 70 años una defensora de la regla de que el monarca debe ser visto como políticamente neutral.
De hecho, es difícil pensar en un momento en el que dejara caer su guardia.
Su hijo, Carlos, tuvo mucho más margen de maniobra.
Antes de convertirse en Rey, tuvo más de 50 años como una figura mundana y bien educada para permitir que todos en su reino lo conocieran.
Poniendo a un lado su reciente diagnóstico de cáncer, ya sea que su tiempo en el trono sea largo o corto, será su larga permanencia como Príncipe de Gales, la más larga jamás vista para un heredero al trono, lo que lo definirá.
Como tal, sus opiniones sobre temas como el cambio climático, la medicina alternativa y la arquitectura no nos son en absoluto desconocidas.
Tan recientemente como hace un par de años, supimos que considera "espantosa" la decisión del gobierno del Reino Unido de deportar migrantes ilegales a Ruanda.
Por el contrario, la difunta Reina, al ser coronada en sus 20 años, tuvo que aprender sobre la marcha.
Guillermo, que tiene 41 años, ha estado en el antiguo trabajo de su padre durante poco más de 16 meses.
Como el próximo en la línea de sucesión, claramente está ansioso por hacer saber al público cuáles son sus posturas y cómo se siente acerca de las cosas antes de asumir un compromiso virtual de silencio al acceder al trono.
¿Y quién sabe cuánto tiempo será eso?
El Príncipe Guillermo, al igual que su padre, es una figura importante en el panorama de la realeza británica y sus acciones y declaraciones serán seguidas de cerca por los medios y la opinión pública.