San Francisco: En enero de 2017, después de que el entonces vicepresidente Joe Biden tomara juramento a Kamala Harris como senadora de Estados Unidos, se tomaron una foto convencional en el Capitolio junto a su familia.

En ese momento, Harris solicitó un favor a su futuro jefe: ¿podría tener una foto más? "Vamos, todo el mundo", dijo Harris, saludando a una docena de personas más.

"Mi familia extendida está aquí".

El primer miembro de su grupo en acercarse a Biden fue nada menos que una de las personas más ricas del mundo: Laurene Powell Jobs.

Powell Jobs, fundadora y presidenta de Emerson Collective, se posicionó justo detrás del hombro derecho de Biden, acompañada por su mejor amiga de la infancia y otros miembros de su círculo cercano.

Mientras se tomaba la fotografía y el grupo se dispersaba, Biden se las arregló para conseguir 60 segundos con Powell Jobs, preguntándole sobre su hijo y conversando sobre sus aspiraciones relacionadas con la investigación del cáncer.

A lo largo de las últimas dos décadas, Powell Jobs ha cultivado una amistad notable con Harris, quien se presenta como la candidata demócrata a la presidencia.

La filántropa, quien controla una fortuna superior a los 10,3 mil millones de euros, ha sido una confidente esencial, brindándole consejo y apoyo financiero, además de ayudar a elevar el perfil público de Harris.

En el actual proceso electoral, Powell Jobs se ha convertido en una figura influyente detrás de las cámaras.

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Según tres personas informadas sobre las donaciones, ha contribuido silenciosamente millones de euros a una organización que respalda a la vicepresidenta.

Su compromiso no se limita a las contribuciones monetarias; también desempeñó un papel crucial al ayudar a Biden a salir de la carrera presidencial, lo que allana el camino para la candidatura de Harris.

El vínculo entre Powell Jobs y Harris es tan cercano que el personal de la vicepresidenta se refiere a ella simplemente como "LPJ". Este apodo refleja la intimidad de su relación y el acceso que podría tener en una posible administración de Harris.

La trayectoria de Powell Jobs es fascinante; antes de dedicarse a sus iniciativas filantróficas, fue conocida por su matrimonio con Steve Jobs, cofundador de Apple.

Powell Jobs se ha centrado en causas que incluyen la educación y la justicia social, aspectos que también son prioridades para Harris.

A medida que las elecciones se aproximan, la influencia de Powell Jobs se vuelve cada vez más notable, lo que podría transformar su papel no solo en el ámbito personal, sino también en la política estadounidense.

Históricamente, las mujeres en la política han contado con el apoyo de redes como la de Powell Jobs, quienes han jugado un papel crucial en el éxito de candidaturas.

En este contexto, es esencial observar cómo la amistad y el apoyo estratégico entre Powell Jobs y Harris se traducen en un impacto significativo durante esta campaña presidencial.